¡QUÉ PAPELÓN!

TILDA SWINTON EN "JULIA"

Estrenada a finales de febrero, sufrió un injusto ninguneo al tener que competir con pesos pesados como "Gran Torino", "The visitor", "El curioso caso de Benjamin Button" o "El luchador". "Julia" mereció como poco la misma atención por dos motivos: suponía el regreso de un director al que la fama estuvo a punto de devorarle, Erick Zonca, y la primera vez en que la actriz Tilda Swinton sostenía con su sóla presencia un film.

Zonca, cuyo anterior trabajo se remonta a 1999, había experimentado un éxito fulgurante con su debut "La vida soñada de los ángeles" (1998), que no se correspondió con la indiferencia generalizada que sufrió un año después "El pequeño ladrón". Este hecho le sumió en una profunda depresión de la que ahora sale a flote con "Julia", un ambicioso proyecto rodado en California y en los inmensos y desolados desiertos de Tijuana.

Swinton por su parte hace el mejor papel de su carrera interpretando a la Julia del título, una mujer alcohólica, mentirosa compulsiva, promiscua, desarraigada y egoista, cuya precaria situación llega al límite cuando pierde su trabajo por sus continuos desplantes. Entonces se le presenta una oferta descabellada, secuestrar al nieto de una millonario para pedir un recompensa que le saque del bache. Julia acepta un encargo iniciando así un camino sin retorno.

La gélida frialdad de Tilda es perfecta para un personaje como el de Julia, su interpretación es la mayor baza con la que cuenta el film de Zonca, una nueva ocasión de ver la evolución de su ubicua carrera post-Oscar - sólo en 2008 rodó 5 films -. Con reminiscencias a la "Gloria", de Cassavetes, "Julia" es un film imprescindible que demuestra que Tilda Swinton puede soportar con su sóla presencia el peso de un film, sin la ayuda de George Clooney, Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Ewan McGregor o Tom Cruise.