miércoles, 5 de enero de 2011

Tron: Legacy

Resulta sorprendente y ciertamente atrevido que se ponga en marcha una secuela (aunque definirla así como veremos más adelante es equivocado) de un film, “Tron”, que hace 27 años no hizo dinero – cubrió costes únicamente – ni recibió buenas críticas – un guión algo infantil e ingenuo tuvo mucha culpa de ello - , aunque poco a poco haya adquirido un cariño popular tan generalizado que lo ha convertido en un título de culto. El mayor mérito de “Tron” fue el tratarse del primer film que contaba con escenarios completamente virtuales, realizados de una manera artesanal y muy laboriosa. Fue sin duda una apuesta arriesgada de la Disney, fracasada en su día y que el tiempo, por algún extraño motivo se encargó de ensalzar.

“Tron: Legacy” llega precedida de una campaña de marketing agresiva donde las haya, desde que se anunciara su existencia en el Comic.con de hace un par de ediciones. Su larga post-producción ha conseguido que su estreno se esperara con impaciencia… o eso se creía, porque a la hora de la verdad sus cifras han dejado bastante que desear al tratarse de un film que ha tenido un presupuesto desmesurado que se ha disparado por encima de los 300 millones de dólares. “Tron: Legacy” lleva camino de convertirse en un film tan incomprendido como lo fue su predecesor hace casi tres décadas. La historia se repite.

El debutante Joseph Kosinski, proveniente del mundo de los videojuegos, toma el testigo de Steven Lisberger haciendo que su film más que una secuela del original sea una revisitación del mismo realizada con más medios de la más rabiosa actualidad, logrando que la comparación de ambos nos haga pensar que en vez de 30 hayan pasado 300 años entre uno y otro. “Tron: Legacy” a grandes rasgos cuenta lo mismo que “Tron”, con el aditivo de un componente filosófico-existencial que no sólo no le hace ningún bien sino que supone los momentos en los que el film cae en un mayor ridículo. La primera, al menos, era un experimento sin grandes aspiraciones más allá de entretener, aunque lo cierto es que era algo aburrida.
Podría decirse que se trata de un film repleto de buenas intenciones que optó por seguir el camino fácil, el de enfocarlo para un público joven eligiendo a actores tan resultones como pueden ser Garrett Hedlum u Olivia Wilde como reclamo, aunque el personaje de la segunda no tenga ninguna solidez ni justificación. El apabullante espectáculo visual que en sí es el film queda malogrado por un guión totalmente previsible, sin garra, y el homenaje arriesgado y merecido a “Tron” (un film que al no ser una obra maestra precisamente sí que se prestaba a una reinterpretación) que podría haber dejado para la posteridad un film fantástico de referencia se queda en tierra de nadie. Ni molesta ni apasiona.

Afortunadamente Jeff Bridges decidió repetir el papel del programador Kevin Flynn, quien con el paso de los años se ha convertido en una especie de profeta zen pachorrón y conformista que poco tiene que ver con el Flynn arrogante e intrépido al que conocimos hace casi 30 años. Bridges, como siempre, cumple aunque “Tron: Legacy” no llenará de premios sus repisas. Más testimonial es la presencia de Bruce Boxleitner, que era Tron en la primera parte y que aquí supone un guiño sentimental al film precedente (a David Warner y Cindy Morgan ni siquiera se les brindó esta oportunidad). El ascendente Michael Sheen tiene a su cargo un breve papel totalmente prescindible en el que da rienda suelta a su histrionismo.

Mención aparte merece la “nemesis” de Bridges, ese Clu 2.0 que se ha extraído de la imagen que presentaba el célebre actor en el film “Contra todo riesgo” y que sí bien ha conseguido notables mejoras con respecto a films en los que ya trabajaron el crear personajes virtuales a través de los gestos y movimientos de conocidos actores como “Polar Express”, “Beowulf” o “Cuento de navidad”, no logra un absoluto realismo, la falta de brillo en los ojos (por fortuna) aún les distingue de los verdaderos actores. Bridges vence con facilidad al Bridges 2.0.
Si por algo sí pasará a la historia “Tron: Legacy” será por la magistral Ópera electrónica (con Obertura y Finale incluídos) que ha compuesto el dúo francés “Daft Punk” para el film que será fruto de estudio en un futuro. Una lástima que “Tron: Legacy” no tuviera la ambición de conformar un film para un público algo más exigente e intelectual porque ahora esos planes de hacer una trilogía pienso que se quedarán en el tintero.

1 comentario:

Mack Savage dijo...

Buen post, y respetable opinion.

A mi en lo personal me gustan mucho las 2 peliculas, y creo que tienen un buen mensaje.

Podemos buscar ser mejores, pero no perfectos.