lunes, 6 de abril de 2009

La casa de mi padre

El debút en la dirección del donostiarra Gorka Merchán habla sobre la problemática actual de la sociedad vasca y de cómo sus miembros lidian diariamente con el miedo, la violencia y las ideologías enfrentadas. Para evitar que le acusen de partidismo Merchán ha decidido poner voz a ambos lados del conflicto sin defender, valorar o cuestionar ninguna de ellas.

“La casa de mi padre” habla de un regreso, el de Txomin Garay (Carmelo Gómez), un empresario vasco que hace 10 años se exilió en Argentina para salvaguardar la integridad de su familia después de negarse a pagar el Impuesto revolucionario de ETA y sufrir un atentado fallido por ello. Txomin vuelve a Euskal Herria acompañado por su mujer Blanca (Emma Suárez) y por su única hija Sara (Verónica Echegui), debido a que su hermano Koldo, al que le separa un abismo ideológico que les mantuvo más de una década sin hablarse, sufre un cáncer terminal. Koldo en su lecho de muerte le pedirá a Txomin un favor, encarrilar a su hijo mayor, Gaizka (Juanjo Ballesta) que lleva un tiempo coqueteando con la Kale Borroka. El pasado de pelotari del empresario será el único nexo de unión con su encolerizado sobrino.

Txomin no tarda en darse cuenta de que en 10 años las cosas no han cambiado demasiado, su amigo German (Álex Angulo), un periodista sin pelos en la lengua sigue viviendo bajo la amenaza continua de ETA, él defiende que “a veces hay que plantarse y decir NO”, Ane (Irene Bau) la viuda de Koldo sigue siendo una mujer de fuertes convicciones independentistas, su postura es que “hay cosas por las que merece la pena morir” y en medio de toda esta tempestad habrá espacio para el amor, Sara (como no podía ser de otro modo) se sentirá atraída por su primo Gaizka y esos momentos juntos tienen como hilo musical el tema “Lau teilatu”, cantado por Mikel Erentxun y Amaia Montero.

Rodada el año pasado en Hernani, Errenteria, Hondarribia y Tolosa con un interesante reparto en el que brilla con luz propia Carmelo Gómez (recuperado para el cine con “El método” y “La noche de los girasoles”), sobre cuyos hombros recae todo el peso de la historia. “La casa de mi padre” supone la quinta colaboración entre Carmelo y Emma Suárez, aunque aquí ella cuente con una posibilidad menor de lucimiento debido a la brevedad de su rol. Juanjo Ballesta sigue creciendo como actor y demostrando el buen criterio que tiene para seleccionar sus trabajos, aunque en esta ocasión no esté tan impecable como lo estaba en “7 vírgenes” o “Ladrones”. Juanjo empieza a encasillarse en papeles de joven problemático y algo barriobajero, ahora como abertzale la cosa no funciona por mucho que hable en euskera en contadas ocasiones, pero sin molestarse en ensayar el acento; algo que sin embargo sí ha trabajado Verónica Echegui para resultar convincente como española emigrada a Argentina.
El problema de “La casa de mi padre” es que no cumple con las expectativas, promete mucho más de lo que finalmente ofrece, los personajes no están lo suficientemente desarrollados y su final se antoja precipitado y predecible. El film se queda a medio camino de la brillantez, en una simple correción que para un debutante como Merchán ya es un resultado más que digno.

1 comentario:

Delphos dijo...

Hola me parece bastante interesante lo que dices al respecto, muy buen post.

Ha de paso, quiciera invitarte a ti y a los demas, a que se den una vuelta por mi blog y dejaran algun que otro comentario

http://delphosfriki.blogspot.com/

Bye, Delphos