
Corbijn es además un consumado realizador de videoclips, ha dirigido más de 75, y hace dos años sorprendió dirigiendo también un largomentraje, “Control”, cuya dificultosa distribución ha motivado que llegue a nuestras pantallas con tanto retraso y con tan pocas copias. En “Control” Corbijn ha decidido contar la historia de una de las primeras bandas a las que retrató y una de las que más le impactaron, Joy Division, banda tan mitificada por su indudable calidad musical como por la prematura muerte de su líder, Ian Curtis, con tan sólo 23 años.

Esta visión cotidiana y familiar de Ian Curtis se debe a la procedencia de la fuente, el film se basa en la biografía “Touching from a distance” escrita por su viuda Deborah Curtis, editada en España desde hace varios meses. A través de ella se supo de la doble vida que Ian llevaba con una joven belga llamada Annick y de la imposibilidad de compaginar su breve carrera musical con las responsabilidades propias como padre y esposo.

El reparto está compuesto por el desconocido Sam Riley que encarna espléndidamente a Ian Curtis, aparte del asombroso parecido físico que guarda con el cantante de Manchester, Riley ha hecho un notable trabajo de estudio y composición para clavar su forma de comportarse sobre un escenario y su característico baile epiléptico. Corbijn ya descubrió el magnetismo de Samantha Morton durante la filmación del videoclip de U2, “Electric storm”, y ahora confia en ella el papel de la sufrida esposa de Ian, Deborah. La bella Alexandra Maria Lara (“El hundimiento”, “El léctor”) interpreta a Annick Honoré la tercera en discordia, su atenta mirada contemplando las actuaciones es mágica.

La fotografía (como no podía ser de otro modo) es en blanco y negro, viene firmada por Martin Ruhe y aporta al retrato de Macclesfield una mezcla de sordidez y nostalgia.
En el apartado musical el film juega una de sus mejores bazas ya que pueden escucharse varios temas de los ídolos de Ian (David Bowie e Iggy Pop), los temas más conocidos y los no tanto de Joy Division como “She’s lost control” – de la que toma el film su título -, “Shadowplay”, “Transmisión” o “Love will tear us apart”.
Tras biopics sobre Janis Joplin, Jim Morrison, Jerry Lee Lewis, Ritchie Valens, Tina Turner, Johnny Cash, Ray Charles, Edith Piaf y un largo etcétera, éste sobre Ian Curtis carece de la grandilocuencia típica de este tipo de biografías que le confiere un resultado estimulante, convincente e irreprochable raramente visto. La faceta artistica y la personal están equilibradas, aunque algunos echen en falta más partes musicales; de cualquier modo es más que probable que cuando salgas de verla lo primero que hagas es ir a una tienda de música y busques un completo recopilatorio de Joy Division.
2 comentarios:
Ian Curtis sin Bruno Stroszek no habría sido nada. Fue, justo gracias a él, por lo que se forjó a leyenda del inglés indomable... O más.
Por cierto, tengo ganas de ver la peli, y más aún después de haber leído tu reseña... Hala majo!
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