sábado, 24 de julio de 2010

Sunshine cleaning

Dejarse llevar por falsas expectativas es peligroso, “Sunshine cleaning” viene precedida por una campaña de marketing que la hermana con “Pequeña Miss Sunshine” (2006) por el simple hecho de que comparten los mismos productores (Jef Brody, Peter Saraf y Marc Turtletaub), un mismo actor (el gran Alan Arkin que prácticamente emula el personaje que le dio un Oscar), y una misma palabra de su título. Quien espere encontrar en este film algo de la originalidad, la fina ironía y el buenrrollismo del “sleeper” de Jonathan Dayton y Valerie Faris, terminará sintiéndose francamente decepcionado.

Lo cierto es que “Sunshine cleaning” nos llega casi con 2 años de retraso en una temporada de escasez de títulos interesantes, y también de espectadores, pero el hecho de que la familia retratada sea tan disfuncional como la del film anteriormente citado no justifica las asociaciones cuando ni siquiera comparten el mismo director (Christina Jeffs que no rodaba nada desde el drama “Sylvia” (2003) se ha encargado ahora de hacerlo), ni el mismo guionista (la debutante Megan Holley ganó un concurso de guiones con una historia cuyo contexto la asocia irremediablemente a una olvidable producción de Tarantino, “Tú mata, que nosotras limpiamos la sangre” (1996)).

La familia Lorkowski tiene como vértice central a dos hermanas, Rose y Norah (encarnadas respectivamente por la ubicua Amy Adams y por la ascendente Emily Blunt). Rose, la mayor, es una madre soltera que pasó de ser la animadora más admirada del Instituto por salir con el Capitán del equipo de fútbol a terminar limpiando casas y conformarse con ser la amante de su ex-novio Mac (un comedido Steve Zahn, lo cual hay que agradecer), ahora un policia casado y con hijos.
Norah, la pequeña, está tan desquiciada y es tan irresponsable que se ha expecializado en perder trabajos, vive con su padre viudo, Joe (excelente Alan Arkin, aunque como he dicho repitiendo la formula del éxito) que aún alberga la esperanza de encontrar el negocio que le haga salir de la miseria. Joe cuida a menudo de Oscar (Jason Spevack), el problemático y excéntrico hijo de Rose, un pequeño genio a ojos de su abuelo.

Será Rose la que convenza a Norah para abrir un negocio con muchas posibilidades y muy bien remunerado, limpiar escenarios de crímenes después de que el Juez dicte el levantamiento de los cadáveres. Mientras ellas limpian los restos de vidas que se fueron a pique, capearán con sus propios fantasmas familiares, con sus problemas de autoestima (en el caso de Rose) y con sus dudas de orientación sexual (en el caso de Norah).

“Sunshine cleaning” trata de unir con ingenio comedia desenfadada y melodrama sentimentaloide, pero el prometedor inicio va desaprovechando posibilidades (¡que modo más absurdo de desperdiciar el episodio de la lesbiana!) para decantarse por un desarrollo previsible y carente de cualquier tipo de mordacidad. Para colmo de males el final es edulcorado hasta el límite de lo soportable.
El nuevo trabajo de Christina Jeffs se ve con facilidad entre otras cosas porque no oculta su falta de pretensiones, y aunque su irregularidad en otras circunstancias no supondrían demasiadas molestias, el tan cacareado parecido con el que ha sido promocionado hace que uno se sienta estafado por el descarado oportunismo de sus distribuidores.

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