
Salpicada por motivos extra-cinematográficos, la inesperada y tardía caza de brujas hacia su director Roman Polanski, se ha estrenado precipitadamente y con escasa promoción “El escritor”, un thriller político que como recientemente hacía “Green zone” hurga en las heridas aún abiertas provocadas por la guerra de Iraq, y de cuyo montaje se ha tenido que ocupar bajo el arresto domiciliario que le mantiene confinado en su casa de Suiza. La crítica y el público se ha rendido ante la evidencia de que detrás de una vida tan turbulenta y criticable como la de Polanski se encuentra una obra que no deja de sorprender por su variedad y por su alto nivel técnico y creativo.
Si obviamos films como “¿Qué?”, “La novena puerta” o la ambiciosa y fallida “Piratas”, la trayectoria del cineasta polaco-francés es modélica – incluso adaptando un libro infantil como “Oliver Twist” consiguió convencer a los más reticentes – . “El escritor” – su título original es “The ghost writer” (El escritor fantasma) término con el que se denomina en lengua inglesa lo que aquí conocemos como “negro” – se asemeja a otros thrillers psicológicos como “El quimérico inquilino” o “Frenético”, en los cuales un aislado personaje se empeñaba en destapar la verdad, mientras que el resto trata de confundirle y de hacerle creer que sus pesquisas no son más que delirios fruto de su obsesión.
Si obviamos films como “¿Qué?”, “La novena puerta” o la ambiciosa y fallida “Piratas”, la trayectoria del cineasta polaco-francés es modélica – incluso adaptando un libro infantil como “Oliver Twist” consiguió convencer a los más reticentes – . “El escritor” – su título original es “The ghost writer” (El escritor fantasma) término con el que se denomina en lengua inglesa lo que aquí conocemos como “negro” – se asemeja a otros thrillers psicológicos como “El quimérico inquilino” o “Frenético”, en los cuales un aislado personaje se empeñaba en destapar la verdad, mientras que el resto trata de confundirle y de hacerle creer que sus pesquisas no son más que delirios fruto de su obsesión.




“El escritor” es una de las ofertas más recomendables que se pueden encontrar en la cartelera. Su acabado técnico – montaje, fotografía, música - supera con creces al artístico – Brosnan y McGregor simplemente cumplen mientras que Olivia Williams demuestra que es una actriz magnética que merece más papeles tan destacables como éste – y a un guión que en algunos detalles resulta poco creible. No entra en la categoría de obra maestra, como en leído en algunos medios, en la trayectoria de Polanski, pero es un más que digno paso adelante en su carrera, aunque si tenemos que asumir que podría tratarse del punto y final de una obra que abarca más de cinco décadas, todos esperabamos, sin duda, un final mucho más clamoroso.
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