sábado, 28 de junio de 2008

Margot y la boda

Noah Baumbach es un joven guionista y director neoyorkino que con el estreno de “Una historia de Brooklyn” (2005) se puso en boca de todos, logrando reconocimientos y candidaturas por doquier (nominación al Oscar incluida por su fabuloso guión). Su filmografía anterior está compuesta por tres comedias, una estudiantil: “Kicking and screaming” (1995); y dos románticas: “Highball” (1997) y “Mr. Jealousy” (1997), todas ellas estimables aunque intranscendentes e inéditas en nuestro país. El mayor logro de su carrera antes de estrenar “Una historia de Brooklyn” fue firmar el guión de “Life aquatic” (2004) con su colega generacional Wes Anderson.
Ahora nos llega su siguiente trabajo después del reconocimiento, “Margot y la boda” (2007) en la cual además consigue poner de actualidad a su mujer Jennifer Jason Leigh, cuya carrera no pasaba por el mejor de los momentos.
Aunque no esté a la altura de su predecesora, “Margot y la boda” es un ejemplo de película minimalista (se enmarca en un espacio muy concreto en los días que anteceden la celebración de una boda) que se sostiene en la completa definición de sus personajes principales y en la fuerza de sus diálogos. Hermanas distanciadas con personalidades tan parecidas como la noche y el día, un bohemio cargado de pesimismo y con pocas esperanzas de futuro, jóvenes ante el despertar de la vida y el sexo, traiciones e infidelidades, pederastia, … “Margot y la boda” me recuerda por su estética a films de los 70 como “Julia”, “Ricas y famosas” o “La inglesa romántica” (su fotografía en tonos grises no se pasará por alto, obra de Harris Savides), pero desempolvada hermanándola con la tendencia a retratar familias desestructuradas, excesivas y hasta exageradas, tan de moda hoy.
Nicole Kidman está muy convincente en su papel de la deslenguada y conflictiva Margot (mucho más convincente que el personaje que en la vida real demuestra ser, ¿es una muñeca de plástico o una persona real?); Jennifer Jason Leigh, aún bella, aún magnética, tiene entre manos el papel más dulce y agradable de la velada, el de Pauline; Jack Black huyendo sin éxito del encasillamiento encarna al insufrible Malcolm; y John Turturro más que un personaje secundario hace un cameo, por desgracia no tiene más de 5 minutos en pantalla.
Estamos pues ante una película de extraña belleza que yo particularmente no me perdería, una “rara avis” en el cine actual y en la mediocre cartelera que actualmente tenemos.

ARGUMENTO:
Margot Zeller (Nicole Kidman), una inteligente escritora de relatos cortos con una lengua muy afilada, que suele crear el caos por donde pasa, decide presentarse por sorpresa en la boda de su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), una chica sin pretensiones y libre de espíritu, a la que no ha visto en bastante tiempo. Margot, acompañada por su hijo Claude (Zane Pais), un chico muy maduro para su edad, llega con la fuerza de un huracán. En el momento en que conoce a Malcolm (Jack Black), el futuro marido de su hermana, empieza a sembrar dudas acerca de la unión. La boda se acerca y las complicaciones se suceden: vecinos vengativos, un árbol muy querido en la parte trasera de la casa y los problemas matrimoniales de Margot. Las dos hermanas se encuentran de pronto al borde del precipicio, pero no tardarán en darse cuenta de que incluso cuando la familia está a punto de autodestruirse, si se busca consuelo, no hay nada como la familia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta película ya me la han recomendado unpar de personas de las que me fio de su criterio. Y después de esta reseña, pues creo que caerá sin duda mi visionado.
Ya te comento.
Un saludo!

Kasker dijo...

Me consta que eres una persona con sensibilidad y criterio, y confio en q será de tu agrado...
... y si no lo fuera siempre tendremos algo de que discutir.

Un abrazo