miércoles, 18 de marzo de 2009

A ciegas

“Ensayo sobre la ceguera” es una de las obras más importantes del mayor embajador de la lengua portuguesa en el mundo, José Saramago (Premio Nobel de literatura en 1998). La novela publicada en 1995 ha tardado casi 15 años en ser llevada a la gran pantalla por las continuas negativas del autor a vender los derechos de la misma, quizá desanimado por el discreto resultado obtenido con la anterior y hasta ahora única adaptación al cine de su prosa, “La balsa de piedra” (2002), que llevara a la pantalla el holandés George Sluizer con Federico Luppi, Icíar Bollaín, Gabino Diego y Antonia San Juan como principales protagonistas.

El brasileño Fernando Meirelles persiguió durante 10 años los derechos de adaptación sin éxito, finalmente sería el productor canadiense Niv Fichman (“El violín rojo”, “Seda”) quien al presentarle el guión de Don McKellar (actor secundario habitual que en este film que interpreta el poco agradecido personaje del “ladrón”) al nobel portugués consiguió su beneplácito, y por caprichos del destino éste terminó ofreciéndo su dirección al director brasileño después de comprobar lo que había sido capaz de hacer con dos adaptaciones tan diferentes como “Ciudad de Dios” (2002), basado en la novela de Paulo Lins y “El jardinero fiel” (2005), según la compleja obra de John le Carré.
A Meirelles solo se le habían encomendado proyectos experimentales para televisión antes de que obtuviera fama a nivel mundial con “Ciudad de Dios”, codirigida por Kátia Lund, la cual sería injustamente ignorada en la nominación al Oscar al mejor director a la que tan sólo optó Fernando. Ahora siete años después es un firme valor capaz de manejar presupuestos de 25 millones de dólares y contar con un reparto tan destacado como el que presenta “A ciegas”: Julianne Moore, Mark Ruffalo, Gael García Bernal, Danny Glover, Alice Braga, etc.

El laborioso proceso de adaptar el realismo fantástico de Saramago terminó siendo “A ciegas”, mala traducción de “Blindness”(que en realidad significa “ceguera”) y las reacciones ante la misma no han sido precisamente entusiastas. “A ciegas” ha dividido claramente a la crítica, algo que no deja de sorprender después de comprobar la fidelidad y el respeto que muestra por el original. Cierto es que la novela de Saramago muestra un retrato nada complaciente de la sociedad y de los bajos instintos de los miembros que la integran, pero la violencia y crueldad mostrada en el film ya era plasmada minuciosamente durante varias páginas completas. El egoismo, la ambición y la falta de dialogo son causadas por la “ceguera” de la que habla Saramago, y todo ello desencadena batallas y guerras.

Un día cualquiera en una ciudad no identificable se organiza un pequeño caos cuando un hombre conduciendo su vehículo pierde repentinamente la visión, se trata del primer caso de una ceguera blanca que empieza a propagarse con rapidez como una especie de epidemia. La persona que atendió al primer ciego, su oftalmólogo, sus pacientes, todos sufren los efectos de esta ceguera cuya sensación según dicen es “como nadar en leche”; todos, salvo una mujer, la esposa del oftalmólogo que finge sufrir el mismo mal que el resto para poder acompañar a su marido a la zona de cuarentena habilitada para aislar a todas las personas aquejadas por el mal. Esta situación al límite hará que aflore lo peor del ser humano; las tensiones entre los cegados inquilinos de tan siniestro lugar llegarán hasta un punto insostenible en el que uno de ellos se autoproclamará como “Rey” racionando los víveres y obligando a las mujeres a comercial con sexo a cambio de comida.
La ceguera será la causante de todos sus males, pero también un modo de volver a renacer como personas.
Un estudio sociológico tan inquietante de lo que podría ser una sociedad sin leyes y de lo frágil que puede ser la convivencia en cualquier tipo de civilización es mostrada en pantalla con una iluminación que apuesta por la sobre exposición, para que el blanco sea el color predominante y por una imagen en la que hace partícipe al espectador de la confusión mental que sufren los personajes que por otra parte carecen de nombres, son los siguientes: Julianne Moore es la mujer del doctor, la única persona que mantiene la capacidad de ver y que guía al resto; Mark Ruffalo es el oftalmólogo; Danny Glover es el hombre con un parche en el ojo; Gael García Bernal es el Rey del pabellón 3; Alice Braga es la mujer de las gafas oscuras; Yusuke Iseya es el primer ciego y Yoshino Kimura es la esposa del primer ciego.

El film cuenta con escenas de gran dureza que tuvieron que suavizarse porque el público en los “pases de prueba” se marchaba en oleadas; pero lo que predomina es la parte psicológica del asunto, aún a pesar de tener algún altibajo en la parte final. Presenta algunos atractivos (su estética, el uso de la imagen, el juego del sonido, su reparto, etc) y una principal razón de peso: el análisis sociológico que se hace de la sociedad y de los usos y abusos de algunos de sus integrantes que terminan por conseguir que la armonía toque a su fin. Un film no recomendable a todos los públicos debido a lo angustioso que llega a ser – las imágenes apocalípticas del final llegan a recordar films como “El último hombre vivo”, “Cuando el destino nos alcance” o “28 días después” -, adecuado tan sólo para aquellos que van al cine para algo más que para desconectar un rato de la vida cotidiana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo me leí el libro, casualmente antes de que saliera la película.
El libro es genial!, espero mucho de esta película, pero ya he oído que Saramago no está conforme.
Me parece lógico, llevar un libro así a la pantalla es complicado e incluso pretencioso ...

(por cierto, soy Laura, the bolivian woman :)

Kasker dijo...

Tienes razón, tomar un libro de esta magnitud es pretencioso por no decir q un suicidio. He leído q a Saramago le emocionó, él tan sólo se metió en q quería q "el perro de las lágrimas" fuera un perro grande (¿?)... Bajo mi opinión el film es una adaptación lo suficientemente digna, pq al menos esteticamente está muy trabajada y logra sumergir al espectador en el agobio por el q pasan sus personajes. No me parece el mejor trabajo de Fernando Meirelles, pero tampoco es un paso en falso como dan muchos otros. Su carrera me resulta bastante interesante.

No sabes como me alegra q sigas leyéndome, Laura.

Te manda un saludo tu amigo el friki.