miércoles, 6 de octubre de 2010

Buried (Enterrado)

El anterior film del orensano Rodrigo Cortés, “Concursante” (2007), además de suponer su debút en el largo fue un visto y no visto en las cartelera española, a pesar de que la crítica no tuvo más que buenas palabras para ella. Tres años después Cortés regresa con una película que ha supuesto un autentico desafío técnico y creativo, su guión llevaba bastante tiempo dando vueltas, a todo el mundo le gustaba pero nadie consideraba que pudiera realizarse. La cuestión era: “¿cómo hacer emocionante y ágil una película que durante 90 minutos cuenta con un solo personaje en una única localización?”. A la vista de los resultados “Buried (Enterrado)” ha superado con éxito el reto al que solamente se habría expuesto un director que como Cortés ande sobrado de ambición y de seguridad en sí mismo.

El que fuera denominado como “el guión más barato de la historia” – aunque a la hora de la verdad el film ha contado con un presupuesto más que aceptable de 3 millones de euros – se rodó finalmente en un polígono industrial de Cornellá en 11 días en julio del pasado año, y sí el rodaje fue acelerado, el montaje no lo fue menos. Nada hace pensar viendo “Buried (Enterrado)” que tenga un acabado casual o precipitado, sí por algo brilla el film es por el cuidado con el que se han tratado aspectos como la iluminación y el montaje, y por un uso magistral, arriesgado y reinventivo de la cámara. Por no hablar, claro, de una sorprendente actuación por parte de un actor del que no se esperaba demasiado y de un guión que aunque sobradamente comercial no deja de lanzar punteros dardos críticos.
Paul Conroy (un como ya he mencionado sorprendente Ryan Reynolds) es un transportista americano que trabaja en Iraq y que es atacado por unos insurgentes, cuando despierta descubre que ha sido enterrado en un ataúd de 3 x 1 m para forzar así que el gobierno americano pague 5 millones de dólares por su rescate. Paul cuenta con un mechero zippo, un móvil con poca batería y un lápiz como únicos instrumentos con los que aferrarse a la esperanza de ser liberado.

Un personaje tan estático requería de un actor capaz de transmitir una amplia gama de emociones, y ese actor contra todo pronóstico ha resultado ser Ryan Reynolds, muy experimentado en comedias y en films de acción física pero con poco rodaje como actor dramático. Su actuación es impecable, matizada y sin caer en la sobreactuación. Probablemente con este trabajo deje de ser para muchos tan sólo el marido de Scarlett Johansson.

“Buried (Enterrado)” es un alarde de virtuosísmo técnico que aprovecha al máximo su escasa libertad de movimiento, encontrando el camino más certero posible entre las limitaciones. Sin renunciar a ser un espectáculo visual supone también una experiencia demoledora; el film es verdadero mazazo que no recurre a tomar atajos cobardes ni complacientes con la audiencia. Las voces que salen del teléfono de Paul – muy variadas entre las que se encuentran las de Samantha Mathis, José Luis García Pérez o Stephen Tobolowsky entre otros – van creando el creciente suspense además de otorgarnos la información vital para entender todo el alcance de una historia que no deja de ser la lucha de David contra Goliath, es decir el individuo contra el sistema.

¿Es un film comercial o intimista?. En realidad es una mezcla de ambos, la parte comercial la ponen la aparición de una amenazadora serpiente, la arena entrando dentro del ataúd, un revelador video enviado al movil de Paul, etc; la nota introspectiva la pone la soledad, el abandono y la indefensión que siente el protagonista cuando empieza a perder la esperanza por poner su vida en manos de una burocracia torpe, lenta y caprichosa.
En resumidas cuentas se trata de un film que abruma y conmueve a partes iguales, es difícil pensar en ponerse al servicio de la historia una segunda vez – aunque a decir verdad su virtuoso montaje será el centro de muchos estudios – aunque todo parece indicar que el film será todo un éxito, su estreno se hará simultaneamente en 5.000 salas de todo el mundo, el mayor despliege mediático que ha tenido nunca un film español. Ya sea por su faceta como director o montador ¡vamos a tener Rodrigo Cortés para rato!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu reseña, la verdad. Impresionante el talento de este director, que con pocos medios y pocos elementos logra estremecer de manera sobrecogedora. Desde luego una película inolvidable a la altura de muy pocos cineastas.