
Después del alubión de Oscar los Coen han decidido no tomarse demasiado en serio volviendo a la línea de otros trabajos suyos tan celebrados como “Fargo”, “El gran Lebowski” o “Ladykillers”, en el que la premisa es muy similar: un secuestro/robo/chantaje que se va complicando por la inoperancia de sus incompetentes e inexpertos protagonistas. El parecido empieza y termina aquí porque bien sabido es que los Coen si algo odian es repetirse, y aquí cierran su particular “Trilogía idiota” con una alta nota.


Se celebra el volver a contar con un guión de los Coen como materia prima, el primero desde “El hombre que nunca estuvo allí” (2001), la recuperación de la musa (y esposa de Joel) Frances McDormand y el contar con George Clooney como protagonista por tercera vez para que vuelva a encarnar a un autentico imbécil, bastante hortera además y obsesionado con hacer deporte (generalmente después de hacer el amor).
Aunque si alguien le puede hacer sobra a lo que a imbécil se refiere ese es el personaje interpretado por Brad Pitt, un monitor de fitness con muy pocas luces enganchado día y noche a su IPOD. A este pobre diablo no se le ocurre otra cosa mejor que extorsionar a un colérico y alcoholizado espía de la CIA, interpretado magistralmente por John Malkovich.
Los Coen, como era de esperar, no son condescendientes con sus personajes y no tienen tampoco piedad con ellos, desplegando sobre ellos toda la mala baba que acostumbran.

Cabe señalar que el director de fotografía Roger Deakins, fiel a los Coen desde “Barton Fink” (1991), ha sido sustituido en este film por el mexicano Emmanuel Lubezki (“Sleepy Hollow”, “Y tú mamá también”), pero la música sigue siendo obra de Carter Burwell, el vestuario de Mary Zophres y el montaje de Roderick Jaynes.
La hora y media de metraje funciona como la maquinaria de un reloj, no sobra nada, la película se pasa en un suspiro, pero… su falta de trascendencia y de ambiciones seguramente hará que los críticos la sentencien desde ya como un film menor en la filmografía de los Coen.
Escuches lo que escuches, juzga por ti mismo y no te pierdas esta divertida y cruel comedia. Como todos los films de los Coen con cada visionado ganará muchos enteros.
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