lunes, 29 de septiembre de 2008

Che, el argentino



Creo que es difícil juzgar en su totalidad este film sin haber visto aún su continuación, “Guerrilla”. Este ambicioso y didáctico filme de Steven Soderbergh alcanzó una duración de 280 minutos y finalmente se decidió estrenarla dividida en dos partes bien diferenciadas de 140 minutos aproximadamente cada una (siguiendo lucrativos ejemplos anteriores, “Kill Bill 1 y 2” y “Death Proof” y “Planet terror”, en menor medida). Bien habría merecido la pena el esfuerzo de verlas juntas, como sí pudieron hacerlo en el Festival de Cannes, porque tras concluir “Che, el argentino” quedan muchas preguntas por resolver y muchas curiosidades.
Retratar un personaje como Ernesto “Che” Guevara es siempre un motivo de controversia porque siempre chocarán las opiniones de aquellos que creen que fue un héroe y de los que le consideran tan solo un asesino. Al margen de que sea más o menos veraz, que se juzgue desde una mayor o menor objetivad y de las libertades que haya podido tomarse Soderbergh, la forma de tejer esta historia no puede ser más acertada: se utiliza como nexo de unión el famoso discurso que el Che dio en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el 11 de diciembre de 1964 y que concluyó con aquel “Patria o muerte” tan repetido desde entonces. El discurso filmado en blanco y negro (como también se grabó originalmente) enlaza con el color de acontecimientos tan destacados como el primer encuentro entre Ernesto Guevera y Fidel Castro, la creación del movimiento 26 de julio, el entrenamiento y fortalecimiento de la Revolución Cubana como resultado del malestar del pueblo y con objeto de derrocar al General Batista (un golpista que derrocó al presidente electo democráticamente en marzo del 52) y el empeño por culturizar un pueblo fácilmente engañable. La contienda de 80 guerrilleros por cambiar el curso de la historia se narra con necesaria agilidad (tengamos en cuenta que la acción real llevó más de dos años hasta que Castro ocupó los cuarteles de La Habana) y finalmente solo 12 de estos hombres vieron cumplidos su objetivo. En este punto se deja la historia pendiente hasta la llegada de “Guerrilla” (ignoro su fecha de estreno), en las que se nos contará las contiendas del Che en El Congo y en Bolivia, y como es lógico su confusa muerte en octubre de 1967. Muy inteligente también la decisión de los productores de rodar la película en castellano (tan solo se habla en inglés en las escenas que transcurren en blanco y negro, durante la visita del Che a Nueva York), aquí leeremos pocos subtítulos pero en Estados Unidos….

Rodada en México, Puerto Rico y España (Huelva y Madrid), los cubanos serán los que más pegas puedan ponerle a detalles geográficos, en el resto del mundo las localizaciones serán creíbles (ahí radica la magia del cine y el talento de los directores artísticos, responsabilidad que en esta ocasión recae en Laia Colet, quien ya se encargara de “Tierra y libertad” y “El perfume”).
La música de Alberto Iglesias sorprendentemente no resulta sorprendente, dudo que sea considerada para los Oscar como sí que ocurrió con “Cometas en el cielo” y “El jardinero fiel”, trabajos al menos mucho más efectistas y lucidos.
El que sí que tiene muchas opciones de ser nominado es Benicio del Toro (tras ser premiado en Cannes) pues su composición del Che es antológica, sin caer por ello en la sobreactuación. Borrará de un plumazo el vago recuerdo que alguno tenga de otros Che: Paco Rabal, Gael García Bernal o Eduardo Noriega.
También soberbio es el trabajo de composición, caracterización y locución de Demián Bichir como Fidel Castro, ensombreciendo el de Rodrigo Santero (el Jerjes de “300”) como Raúl Castro.
Catalina Sandino Moreno no aparece hasta los últimos minutos de esta primera parte y Julia Ormond apenas es reconocida por nadie en su breve papel, el tándem de “Fresa y chocolate” (Jorge Perugorría y Vladimir Cruz) aparecen bastante aunque hablan poco, y también se dejan ver por el film otros actores patrios como Elvira Mínguez y Unax Ugalde.

La definitiva recreación del Argentino que para bien o para mal ha hecho correr más ríos de tinta, esta película es “la ascensión” y la siguiente será “la caída”, dos partes bien necesarias y diferenciables en toda biografía impactante que se precie.
Para quien quiera conocer “los años de aprendizaje” de Ernesto Guevera deberá recuperar la estupenda “Diarios de motocicleta”, de Walter Sales, en la que se nos contó sus viajes por gran parte de Sudamerica, antes de concluir su carrera de medicina y en los que fue testigo de las injusticias y desigualdades sociales, fue aquí donde se forjaron sus ideales. Tanto este como el que hoy nos ocupa son muy recomendables.

domingo, 28 de septiembre de 2008

PAUL NEWMAN HA MUERTO (PERO NO SU INMORTAL LEGADO)


Mi admiración hacia Paul Newman se remonta a mi niñez, cuando tan solo contábamos con dos cadenas estatales de televisión se daban propuestas muy interesantes que hoy son inimaginables por la contraprogramación y la guerra de audiencias, recuerdo que en los ochenta hicieron un monográfico sobre Paul Newman, todos los martes en horario de máxima audiencia emitían un film suyo, el ciclo empezó con “Marcado por el odio” (1956) y terminó con “Harry e hijo” (1984) y comprendió casi una treintena de sus títulos más destacados. A pesar de mi juventud no me perdía esa cita ineludible con el que terminaría convirtiéndose en uno de los actores que más me han fascinado.

Hace dos días a los 83 años Paul Newman falleció de un rápido cáncer, pero ha desaparecido para sus familiares, para la gente que le conoció personalmente; porque en mi caso está más vivo que nunca porque recuperando este año varios de sus trabajos he descubierto que su presencia sigue teniendo el mismo impacto, sus películas idéntica vigencia y que su carrera difícilmente será ya no superada sino igualada. Era el actor guapo que siempre caía bien a hombres y a mujeres, y tener un beneplácito tan generalizado sí que es un arte. Siempre fue comparado con Marlon Brando, Newman tuvo una vida mucho más feliz, fue bastante más solidario (nunca compró una isla para vivir él solo) y tuvo una madurez en pantalla infinitamente más digna (¿qué hizo Brando después de “El padrino” y “Apocalypse now” más que vivir de las rentas?).

Ahora que he recordado aquel ciclo vienen a mi mente imágenes e imágenes: le veo como Rocky Marciano tratando de seducir a una bella Pier Angeli en “Marcado por el odio”; con una muleta y la pierna escayolada chillando a Liz Taylor en “La gata sobre el tejado de cinz”; llorando con los dedos rotos en “El buscavidas”; matando a un hombre con la ayuda de un horno de cocina en “Cortina rasgada”; comiéndose 50 huevos duros en “La leyenda del indomable”; riéndose de Robert Redford porque este no sabe nadar en “Dos hombres y un destino”; haciendo el boca a boca a su hermano atrapado bajo un enorme tronco de árbol antes de morir ahogado en la olvidada “Casta invencible”; estafando a Robert Shaw jugando a las cartas en “El golpe”; le veo como el arquitecto que diseñó a su pesar una mortífera ratonera en “El coloso en llamas”; a punto de morir ahogado “Con el agua al cuello”; pegándose con el equipo rival mientras asiste atónito al strip-tease de Michael Ontkean en “El castañazo”; auto-convenciéndose de que no habrá más casos si pierde ese en “Veredicto final”; tratando de pulir un diamante en bruto del billar poniendo en práctica su propia experiencia en “El color del dinero”; durmiendo plácidamente con una sonrisa dibujada en el rostro en “Ni un pelo de tonto”; recibiendo un tiro en los huevos en “Al caer el sol”; asumiendo su propia muerte mientras por el ala de su sombrero cae la lluvia en “Camino a la perdición”,… Tantas y tantas imágenes…, genios así nunca tendrían que morir deberían pasar generación tras generación. Yo tuve el privilegio de vivir una larga etapa de su madurez artística, las generaciones venideras contarán al menos con su inmortal legado.

viernes, 26 de septiembre de 2008

EL FRIKI QUE ESCRIBÍA A "FOTOGRAMAS"


Vuestro amigo Friki, ese pesado que escribe insistentemente a Fotogramas y a otras revistas de cine le han vuelto a publicar para que se calle un rato.
En el Fotogramas de octubre aparece brevemente mi opinión sobre "Una palabra tuya", una de las pocas películas que he visto en este verano de desconexión cinematográfica.
Aparece en la página 52:

"El primer papel protagonista de Malena Alterio la hará merecedora con toda seguridad de una nominación a los Goya y también a Esperanza Pedreño como actriz revelación. Y Antonio de la Torre se perfila como uno de los actores más solventes que tenemos".

Jorge Casquero Faure (vía e-mail).

Un saludo queridos frikis, ¡buen fin de semana!.

jueves, 25 de septiembre de 2008

EL ACTOR DEL MES


BRIAN DENNEHY

A pesar de ser un actor tardío, debutó con casi 40 años en el mundillo televisivo norteamericano dejándose ver en todas las series habidas y por haber (“Kojak”, “Serpico”, “Lou Grant”, “MASH”, “Dallas”, “Dinastía” y “Cagney & Lacey”), Dennehy con rapidez se hizo un hueco entre los rostros más representativos de la segunda mitad de los 80. El cine le dio sus primeras oportunidades en “Buscando al señor Goodbar” (1977), “Dos más uno igual a dos” (1977), “FIST, símbolo de fuerza” (1978) - su primer encuentro con Stallone - y “10, la mujer perfecta” (1979). Con Ted Kotcheff rodó dos películas seguidas en 1982: “Capturado” y por la que se le recordará siempre, “Acorralado”, de nuevo junto a Sylvester Stallone; Dennehy era el injusto y déspota Sheriff Will Teasle, el encargado de hacerle la vida imposible al mismísimo John Rambo.
Se inicia entonces una etapa envidiable: "Gorky Park” (1983), “Cocoon” (1985), “Silverado” (1985), “F/X, efectos mortales” (1986), “Peligrosamente juntos” (1986), “El vientre del arquitecto” (1987) - a las ordenes nada menos que de Peter Greenaway - , “Best seller” (1987), “Cocoon, el regreso” (1988), “Presunto inocente” (1990) y “F/X2, ilusiones mortales” (1991).
Esta etapa dio paso a otra de trabajos televisivos de poca relevancia, y poco a poco el cine se perdió una presencia magnética como no hay dos, un actor que transmitía y que además caía muy bien al público, aún hoy se le echa de menos.
El cine nos lo ha devuelto en contadísimas ocasiones: “The stars fell on Henrietta” (1993) - una producción independiente de Clint Eastwood - , “Romeo y Julieta” (1996), “Asalto al distrito 13” (2005) y ahora junto a Robert de Niro y Al Pacino en “Asesinato justo” (2008). Un motivo más (por si no había pocos) para ver este film, Dennehy será por siempre un rostro ligado a mi infancia y estoy seguro que también a la de muchos compis generacionales.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Vicky Cristina Barcelona

Vicky y Cristina son dos turistas americanas que han sido invitadas a pasar todo un verano en la lujosa casa que unos parientes lejanos de la primera tiene en Barcelona; Vicky y Cristina no pueden ser más diferentes en su forma de ser y de pensar. Vicky es una joven conservadora que tiene planes de boda con Doug, un joven tan prometedor como aburrido, y a pesar de no estar enamorada del todo de él se siente segura en su acomodada existencia; Cristina por el contrario es una persona más abierta a la improvisación, a vivir nuevas experiencias de tipo cultural, gastronómico y… ¿por qué no? sexual, no sabe muy bien lo que espera de la vida pero si sabe lo que no quiere de ella.


Dedican su ocioso tiempo a hacer turismo, a ver galerías de arte, a comer bien, a beber buen vino y en una de estas reparadoras jornadas conocen a Juan Antonio, un bohemio pintor muy vitalista, que sin andarse con rodeos las propone hacer un viaje en avioneta a Oviedo para pasar un fin de semana en el que hacer turismo, probar exquisiteces, beber más vino y… hacer el amor. Vicky se siente ofendida por la propuesta y ni se la plantea, pero para su sorpresa Cristina cree que es una buena oportunidad para vivir nuevas experiencias. Cristina es de la opinión de Juan Antonio: “La vida es muy breve”.

Con esta sencilla premisa da comienzo el nuevo trabajo de Woody Allen, tras la trilogía londinense (“Match point”, “Scoop” y “El sueño de Cassandra”) e inmediatamente antes de su regreso a Nueva York de su exilio europeo (“Whatever Works”); se trata de una dedicatoria de amor a Barcelona, por momentos puede llegar a parecer un documental sobre la ciudad y sobre Gaudí, absolutamente todo se muestra: La Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Milá, la Casa Battló, las Ramblas, el Paseo de Gracia, el Barrio Gótico, El Parque de atracciones del Tibidabo, etc. Ya que la visión es a ojos de dos turistas americanas, nada que objetar al respecto. En Oviedo ocurre exactamente lo mismo las conversaciones trascendentales tienen de fondo a San Julián de los Prados, Santa María del Naranco o el Faro de Avilés. La preciosista fotografía es obra del gran Julián Aguirresarobe y uno de los grandes aciertos del film.
El film está narrado por una molesta y excesiva presencia de voz en off como hilo conductor de la historia, Vicky y Cristina (Rebecca Hall y Scarlett Johansson) parecen ser las protagonistas hasta que aparece Juan Antonio (Javier Bardem), después da la impresión que será Cristina y Juan Antonio en quienes se centre la acción, ¡pero no! porque debido a un imprevisto Vicky y Juan Antonio deben compartir variadas escenas en Oviedo, después es Vicky la que desaparece a la par que aparece Maria Elena y así sucesivamente. No hay un claro protagonista, digamos que es un protagonismo coral.
Los diálogos como siempre en Allen están muy trabajados y son de gran sutileza, las interpretaciones por lo general son buenas, la trama engancha… el problema radica en esos cambios de protagonismo que en ocasiones deja fuera de la trama demasiado tiempo a algunos personajes (el caso más notorio es el de Vicky con la excusa de su luna de miel a Sevilla) y que entorpece la narración, pero Allen a una hora del inicio de la proyección y cuando el ritmo empieza a languidecer y la historia a apagarse tiene guardado un As en su manga, y ese As no es otro que el personaje interpretado por Penélope Cruz que con el menor tiempo en pantalla se mete al público en el bolsillo, arrancando las primeras y las más sonoras carcajadas, con su personaje de la excesiva, paranoica y suicida pintora Maria Elena, ex-mujer de Juan Antonio y como se descubre la persona que más le influyó en su arte. Ambos no pueden vivir juntos ni tampoco separados y Cristina se convierte en el catalizador de las temperamentales pasiones de los dos pintores, es la pieza del puzzle que les faltaba y esa lujuria que se desata entre los tres está retratada tan castamente como Woody nos tiene acostumbrados. Las secuencias que se suceden con el trío Bardem-Cruz-Johansson son las más altas cotas que alcanza el film.


El film se rodó en julio y agosto del año pasado, con un excelente reparto: Javier Bardem (como el pintor catalán nacido en... ¿Avilés?, algo apagado, algo frío, su primera escena es antológica, parece que llevara días sin dormir), Scarlett Johansson (correcta, sin sobresaltos), Rebecca Hall (un soplo de aire fresco, la revelación del film), Penélope Cruz (maravillosa, el personaje breve más agradecido pese a su brevedad), Patricia Clarkson (siempre solvente, siempre elegante), Kevin Dunn (como el marido de Patricia, un papel muy superficial y anecdótico), Chris Messina (hasta ahora desconocido y revelado en su papel del snob Doug), Joel Joan y Abel Folk (si es que alguien acierta a verlos en la décima de segundo que aparecen en pantalla) y… Joan Pera (la famosa voz de Woody Allen en castellano y catalán en un cameo mudo que personalmente no he podido encontrar).
El tema “Barcelona” de Giulia y los Tellarini (grupo desconocido que con este film han conseguido todo un espaldarazo para promocionarse) y “Entre dos aguas” de Paco de Lucia suenan incansablemente durante todo el metraje.

“Vicky Cristina Barcelona” (¡ese título sigue chirriándome aún en los oídos!) no pasará a la historia como uno de los clásicos de Woody Allen, no será ni la más original ni la más divertida, pero aún así tiene mucho interés por su particular análisis sobre las relaciones de pareja. “Vicky” simboliza el amor, la seguridad, la vida familiar y acomodada, el conformismo y quizás la monotonía y la falta de riesgo; “Cristina” simboliza el sexo, la libertad, la falta de compromiso, el inconformismo, la rebeldía y el riesgo. Es curioso porque ninguna de las dos es plenamente feliz en sus opuestas vidas, Vicky (la mujer que todo hombre busca para una estabilidad) envidia la libertad de Cristina, y Cristina (la mujer que todo hombre busca para una aventura fugaz) envidia la aparente seguridad de Vicky… y es que al final nadie se conforma con lo que tiene.

domingo, 21 de septiembre de 2008

THE VERVE, ESPACIO Y TIEMPO


The Verve fue un grupo de creciente éxito que se separó en lo más alto. Formado en 1989 por Richard Ashcroft (Voz y guitarra), Nick McCabe (Guitarra), Simon Jones (Bajo) y Peter Salisbury (Batería), pertenecientes a la vertiente Britpop de los 90 junto a grupos como Oasis, Blur, Pulp, Suede o Catatonia. Tras un EP prometedor titulado simplemente “Verve” (1992) publican bajo la supervisión de John Leckie su primer álbum “A storm in heaven” (1993), que pese a apuntar maneras y gustar a la crítica no tuvo el favor del público. En este disco se encontraba “Slide away” un tema fundamental en su carrera.
“A Northern soul” (1995) fue su segundo trabajo, en este caso recibido con peores críticas y las ventas tampoco fueron las esperadas, esto motivó la primera separación temporal de la banda. Este álbum quizás sea el mejor solo por incluir “On your own”, “No Knock on my door” y sobre todo “History” (una de las canciones de mi vida).
Para el tercer álbum, el archiconocido “Urban hymns” (1997) se contrató a Simon Tong como guitarrista tras el abandono de McCabe, finalmente se le convencería a tiempo para concluir el álbum e imprimirle su estilo. Su primer single “Bittersweet symphony” es el responsable de que el álbum se encaramara al número 1 de las listas y de que vendiera 3 millones de copias solo en Reino Unido. En ese álbum había otras joyitas: “The drugs don’t work”, “Lucky man”, “Sonnet”, “This time” y “Space and time”.
El éxito fue apabullante, no supieron digerirlo y finalmente se separaron definitivamente... o ese creíamos porque después de 11 años se anuncia que los cuatro Verve (tuvieron que añadirle el “The” inicial por problemas legales con el famoso sello discográfico especializado en Jazz) vuelven a entrar en un estudio de grabación.
El resultado, el álbum “Forth” (2008), un disco irregular con un buen single de presentación, “Love is noise”, repleto de canciones alargadas hasta el agotamiento y con un par de temas excelentes muy de Ashcroft, “I see houses” y “Valium skies”.

¿Pero porqué eligen este momento para regresar?.
Richard Ashcroft había construido una más que interesante y digna carrera en solitario con tres exitosos trabajos: “Alone with everybody” (2000), “Human condition” (2002) y “Keys to the world” (2006). Ashcroft realmente no necesitaba al resto de la banda.
McCabe había hecho… nada, o prácticamente nada; lastima unas dotes tan desperdiciadas.
Simon Jones y Simon Tong (al que no se le ha invitado a volver a la banda) crearon la banda “The Shining”, que cuenta con un único álbum por discografía.
Peter Salisbury ha seguido tocando para los discos en solitario de Ashcroft demostrando fidelidad.

Ahora The Verve tras este fallido trabajo nos regalará su tercera separación o se empeñarán en intentar buscar la formula secreta que les hizo crear dos discos fundamentales de la música inglesa.
En los 90 tuvieron una época muy prolífica, con sus caras B se podrían haber llenado otros tres álbumes de estudio, y en medio de toda esta producción condenada al anonimato esta maravilla:
“NEVER WANNA SEE YOU CRY”.

CUENTA ATRÁS: "QUEMAR DESPUÉS DE LEER"

No queda ni 20 días para el estreno del nuevo film de los Coen, con la felicidad añadida de que en tan solo 8 meses vamos a tener ración doble para compensar la sequía de otros años. Aunque soy consciente de que "Quemar después de leer" no será el clasicazo que es "No es país para viejos" ni tendrá igual trascendencia, al menos nos hará pasar un rato divertido con la brillantez y originalidad de la que siempre hacen gala los Coen. Con este film los Coen y George Clooney cierran la llamada Trilogía Idiota ("O brother" y "Crueldad intolerable"). Yo mientras tanto cuento los días.




viernes, 19 de septiembre de 2008

TALKING HEADS, HERIDAS QUE NI EL DINERO PUEDE CURAR

Con las reuniones el pasado año de grupos como The Police, Genesis, Return to Forever, Crowded House, Smashing Pumpkins, Led Zeppelin (para un solo concierto), The B-52’s, The Jam (pero sin Paul Weller), Spice Girls, Héroes del Silencio, Tequila, Nacha Pop… cabe preguntarse, ¿se alinearon los planetas... o es que la economía está tan mal como dicen?.
Pero por mucha crisis y por mucha explicación astronómica que tratemos de buscarle habrá un grupo al que me temo que no volveremos a ver juntos, Talking Heads.
Me gusta investigar sobre grupos de los que poco o nada conozco y recientemente en Milán me compré un recopilatorio de los “Cabezas parlantes” (los Greatest Hits suele ser una manera perfecta para quedarse con la esencia de un grupo o para iniciarse en su música) y después he leído un libro también sobre su historia.
Nunca me convertiré en un devoto de ellos pero tengo que reconocer que solo por temas como “Take me to the river”, “Heaven”, “Once in a lifetime”, “Burning down the house”, “Wild wild life”, "And she was" y “(Nothing but) flowers”, el dinero fue muy bien empleado.

Formados en 1974 por David Byrne (Voz y guitarra), Jerry Harrison (Guitarra y teclados), Tina Weymouth (Bajo) y Chris Frantz (Batería), se desmarcaron desde un principio del movimiento imperante de la época, el Punk, ellos no vestían extravagantes, no se hacían crestas de colores y además tener una integrante femenina en la banda no era precisamente una muestra de rebeldía para los tiempos que corrían. A pesar de ser británicos fueron descubiertos en Nueva York al telonear a los Ramones en el recientemente desaparecido CBGB.
Tras un exitoso single de presentación (“Love-building on fire”) en 1977 presentan su primer álbum homónimo. Las críticas fueron excelentes pero las ventas discretas, Byrne quería para el segundo trabajo contar con un productor de renombre, pensó en John Cale o en Brian Eno, finalmente sería el segundo el que produciría sus tres siguientes trabajos: “More songs about buildings and food” (1978), “Fear of music” (1979) y “Remain in light” (1980), imponiendo su archiconocida sobreproducción, imponiendo su autoría en los temas y generando tensiones y malestares en el grupo. De esta etapa de fricciones nunca se recuperarían y el matrimonio que formaron Chris Frantz y Tina Weymouth decidieron formar un grupo paralelo Tom Tom Club, conocieron un moderado éxito pero no tardaron en comprender que sin la figura de David Byrne no conseguirían el apoyo unánime de las discográficas.
David Byrne empezó a investigar por su cuenta y magnificó su excentricidad y su vanguardismo: compuso una obra musical de 8 horas para Broadway, indagó en los ritmos africanos, en la música salsera y caribeña y en la música oriental, recibiendo posteriormente un Oscar por ello.
“Speaking in tongues” (1983) fue la confirmación de que los Talking Heads aún tenían algo que decir y sería el último álbum que sería plasmado en directo. La grabación de una de estas actuaciones dejaría uno de los mejores DVD musicales de la historia: “Stop making sense”, de Jonathan Demme.
“Little creatures” (1985), fue el trabajo más pop y accesible de la banda, después llegarían “True stories” (1986) (banda sonora de la película escrita, dirigida y protagonizada por Byrne) y finalmente “Naked” (1988), su testamento musical.

Estaba claro que la personalidad excesiva de Byrne acabaría con el futuro de la banda, era cuestión de tiempo. Desde entonces ha desarrollado una obra variada, muy difícil de seguir a veces, apartándose del rock y obsesionándose con la salsa y la música más bailable. Byrne cumplió su sueño de cantar con Celia Cruz y debido a su pasión por el flamenco alguien incluso le engañó para que cantara con Peret. Cuando le hablan de resucitar a su viaja banda a Byrne le sale urticaria, parece que las heridas son tan profundas que ni el dinero las puede curar.
Chris y Tina siguieron con Tom Tom Club y en 1996 consiguieron reclutar a Jerry Harrison para montar un grupo, The Heads, que lanzó un único álbum de irónico título, “Not talking just head”. El resultado fue un desastre absoluto.

martes, 16 de septiembre de 2008

"CHOKE", UN FILME A TENER MUY EN CUENTA


Si hay una película a la que hay que prestar especial interés este invierno, esta sin duda sería "Choke", podríamos estar hablando de la nueva "Juno" o de la nueva "Pequeña Miss Sunshine", ¿quien sabe?.

"Choke" (o "Asfixia" como presumiblemente se bautizará en nuestro país este otoño-invierno) no viene firmado por una cineasta novel, sorprendentemente el artífice de esta ingeniosa tragicomedia es Clark Gregg, un actor secundón visto en "Magnolia", "State and maine", "Spartan", "In good company" y recientemente en "Iron Man", en su primera y exitosa incursión en la dirección, y cuando digo exitosa me refiero a que de momento este modesto filme ya se ha llevado el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance. Un comienzo muy prometedor sin duda.

El argumento no tiene desperdicio porque se trata de la adaptación de una novela del inclasificable Chuck Palahniuk ("El club de la lucha"), cuenta con un reparto encabezado por Sam Rockwell (un actor que aún tiene que despuntar y que quien tenga dudas de su talento le remito a "Los impostores", de Ridley Scott), Kelly McDonald (veterana actriz británica recientemente revelada internacionalmente con "No es país para viejos"), una recuperada Anjelica Huston y... Clark Gregg, sí, sí, su director y guionista que también se reserva un pequeño papel.

Creo que estamos ante una de esas pequeñas películas que a su paso va ganando poco a poco adeptos y termina por convertirse en una película grande en intenciones y en objetivos.
A continuación os anticipo su argumento.

ARGUMENTO:
Victor Mancini, un estudiante de medicina fracasado que entre terapias para adictos al sexo y su nefasto empleo en un parque temático que recrea la sociedad estadounidense del siglo XVIII, ha ideado un plan para cubrir los gastos de hospital de su madre, una autoritaria mujer que convirtió su infancia en un infierno: fingir que se asfixia con un trozo de comida en los restaurantes para sacarle dinero a la persona que acuda en su ayuda.

viernes, 12 de septiembre de 2008

RALPH FIENNES: AYER Y HOY

Siempre confiámos más en sus posibilidades que en las de su hermano Joseph. Por siempre será el galán romántico en esa cumbre del cine exótico, de amor y de aventuras que fue "El paciente inglés", será el héroe futurista encadenado al pasado en "Días extraños", será el apasionado amante de Julianne Moore en "El fin del romance" y será el diplomático enpeñado en esclarecer la muerte de su mujer, Tessa. Solo por estos 4 trabajos ya ha pasado a la historia, pero Ralph se merece muchos más y últimamente parece que está algo desaprovechado. En los últimos años por perder ha perdido hasta su envidiable cabellera, para alegría de mucho alopecico envidioso y susto de los que en un futuro tememos vernos como él.

Ayer:
Fue un joven y apuesto Lawrence de Arabia televisivo y también fue un moderno Heathcliff en "Cumbres borrascosas". Con esos ojos azules encarnó el mal de manera despiadada en "La lista de Schindler". Después de trabajar con Peter Greenaway y de ser descubierto por el mismísimo Spielberg, iniciaría su exitoso exilio a Hollywood abandonando su Inglaterra natal: "Quiz Show", "Días extraños", "El paciente inglés", "El fin del romance", "Spider" y "El jardinero fiel", han sido indiscutiblemente sus mejores trabajos. Su olfato le falló en películas muy discutibles: "Oscar y Lucinda", "Sunshine" y "El dragón rojo" y en películas rematadamente malas: "Los vengadores", "Onegin" y "Sucedió en Manhattan". Pero a raíz de aceptar ser Lord Voldemort en dos entregas de la franquicia "Harry Potter", parece que los productores se han olvidado del talento y la clase de la que hizo gala Fiennes.

Hoy: Ya ha perdido mucho de su magnetismo en la pantalla y su físico no es el de antaño. Sus películas o no se estrenan en cine ("The land of the blind" y "Bernard and Doris") o se estrenan tardísimo ("Historia de un secuestro" y "Alta sociedad"). Y si quitamos tostones del tipo "La condesa rusa", sus breves apariciones en las películas de "Harry Potter" y su reciente secundario en "Escondidos en Brujas", poco o nada queda en la presente decada de Fiennes. Lo próximo: será el antagonista de Keira Knightley en "La duquesa". ¿Para cuando otro personaje hipnótico como los que nos regaló en el pasado?.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

"PRIDE AND GLORY", EL BURRO DELANTE...

"Pride and glory" se estrena finalmente el 24 de octubre en Estados Unidos, depués de sufrir continuos retrasos (su estreno en un principio estaba programado para el 18 de marzo). Está protagonizada nada más y nada menos que por Edward Norton y Colin Farrell (por ese orden, ¡no se me equivoquen!) y en este film de Gavin O'Connor ("Tumbleweeds") interpretan a dos amigos policias envueltos en una oscura trama de corrupción en la que hay demasiada gente implicada. El guión viene firmado por O'Connor y Joe Carnahan (el director que se dió a conocer con "Narc" y que perdió toda credibilidad con "Ases calientes").

Edward Norton es indiscutiblemente un gran actor (aunque a muchos nos sorprendiera verle tan perdido en "El increible Hulk"), pero no es una monjita de la caridad. Todos sabemos que por donde pasa no crece la hierba y pocos directores quieren repetir con él (a Tony Kaye el director de "American history X" le volvió tan loco que desde 1998 lo único que se ha atrevido a dirigir han sido documentales y de "El increible Hulk" sabemos de sobra como se desentendió de ella negándose a promocionarla). Así es Norton, pero dudo que Colin Farrell sea mucho mejor, su chulería le delata hasta en pantalla y de talento interpretativo no es que esté sobrado porque últimamente te da igual verle en "El sueño de Casandra" que en "Escondidos en Brujas" porque parece que esté siempre haciendo el mismo personaje. Y yo me pregunto, ¿como ha quedado alguién vivo en un rodaje como este?, ¿pueden Edward Norton y Colin Farrell trabajar juntos y no morir en el intento?... en cambio Mel Gibson y Robert de Niro, mucho más sensatos, maduros y experimentados... (en apariencia), no pudieron.
Desde luego Edward Norton se ha encargado de recordarles a los productores del filme (por si no se acordaban) quien era el verdadero reclamo de esta película y se ha asegurado que su nombre aparezca siempre primero y su careto mucho más grande que el de Farrell.

El ego de los artístas seguirá llenando páginas y páginas, y es que Hollywood no es el lugar más adecuado para la modestia y la camaraderia. Si no enseñas los dientes, te muerden.
Abajo los 3 ejemplos de la superioridad de Norton frente a Farrell y el trailer-anticipo de este film.


lunes, 8 de septiembre de 2008

MICHAEL WINTERBOTTOM, UN EJEMPLO VIVO DE ECLECTICISMO Y DE LIBERTAD CREATIVA

Siento una gran admiración por el cineasta británico Michael Winterbottom, sigo su carrera muy de cerca y anoche pude completar uno de los pocos filmes que me faltan por ver de su ya de por sí variada y larga filmografía. Ha construido la obra más heterogénea del cine actual, los estudiosos se vuelven locos en definir las coordenadas de su estilo autoral porque Michael con cada nuevo trabajo se escapa de todos los clichés y rompe con todo lo que ha hecho en el pasado, cada nuevo trabajo es un paso adelante en (a mi parecer) una de las carreras más interesantes y estimulantes del cine de este nuevo siglo.

Yo le descubrí con el que pensaba que era su primer filme, “Besos de mariposa” (1995), después me he enterado que tiene otros dos trabajos de los que poco o nada se conoce: “Forget about me” (1990) y “Under the sun” (1994).
“Besos de mariposa” era aquella extraña “road movie”, una especie de “Thelma & Louise” versión lésbica en el que las dos protagonistas iban liquidando a todos aquellos hombres que se cruzaban por su camino. ¿Alguien que la haya visto puede olvidarse del cuerpo desnudo de Amanda Plummer todo cubierto de cadenas?. Este modo de presentarse sembró el desconcierto en el Festival de Berlín. Desde entonces Winterbottom ha estrenado en 12 años 15 películas dando un ejemplo siempre de eclecticismo y de libertad creativa.
Estos son sus siguientes trabajos y los variadas temáticas que presentan:

- “Go now” (1995), un drama protagonizado por Robert Carlyle en el que encarnaba a un obrero de la construcción que cuando parece haber encontrado el amor la vida le depara una terrible sorpresa, la esclerosis múltiple.
- “Jude” (1996) cuenta la imposible historia de amor entre dos primos en la conservadora sociedad del finales del siglo XIX, con el siempre celebrado protagonismo de Kate Winslet.
- “Welcome to Sarajevo” (1997), con la odisea de los corresponsales de guerra en el conflicto de los Balcanes como eje central; contó con el reparto más internacional que había dirigido hasta la fecha: Stephen Dillane, Woody Harrelson y Marisa Tomei.
- “I want you” (1998) es la historia de una obsesión con forma de una mujer y con nombre y apellidos: Rachel Weisz.
- “Wonderland” (1999), fue su mejor trabajo hasta ese momento, un drama coral ambientado en Londres con la inolvidable partitura de Michael Nyman.
- “With or without you” (1999), un trabajo menor, una comedia descafeinada con la búsqueda de la descendencia, los amores adolescentes y los celos como telón de fondo.
- “El perdón” (2000), un extraño e inesperado western enmarcado en el más helado de los parajes.
- “24 hour party people” (2002), primera incursión en la cultura del rock con la nada encubierta biografía del descubridor de grupos como Joy Divison, New Order o Happy Mondays.
- “In this world” (2003), para muchos su obra maestra (entre ellos me encuentro yo), con el hoy trillado esquema de falso documental, narra el tortuoso camino de dos niños afganos que tratan de llegar a Londres en busca de una oportunidad.
- “Codigo 46” (2003), en esta ocasión el Sr. Winterbottom se dio cuenta que era momento de probar en un genero para él virgen, la ciencia ficción, con Tim Robbins y Samantha Morton como protagonistas.
- “9 songs” (2004) reincidía en la cultura del rock y a la vez investigaba el erotismo para unos y la pornografía para otros.
- “Tristam Shandy: A cock and bull store” (2005), extraña comedia satírica de cine dentro del cine al servicio del cómico Steve Coogan.
- “Camino a Guantánamo” (2006), co-dirigida por Mat Whitecross, en el que ambos denuncian el trato recibido por los presos islamistas en la base americana de Guantánamo, con una historia basada en hechos reales como base.
- “Un corazón invencible” (2007), cuenta la vigorosa entereza de Mariane Pearl y la incansable búsqueda del paradero de su desaparecido marido, reportero del Wall Street Journal, hasta que saltó la terrible noticia de que éste había sido decapitado por miembros de Al Quaeda.
Con Angelina Jolie y la producción de Brad Pitt.

Nunca se sabe que sorpresa nos tendrá preparada Michael Winterbottom a largo plazo, en todo caso sabemos que será una nueva y estimulante propuesta. A corto sí sabemos que su próxima proyecto se llama “Genova”, que se trata de una historia de amor y de fantasmas rodada en Italia, con Colin Firth, Catherine Keener y Hope Davis.

viernes, 5 de septiembre de 2008

ROBERT DE NIRO NO TRAGA A MEL GIBSON (y yo tampoco)

Se ha levantado una polvareda en Hollywood, siempre ha habido rumores del mal rollo y la lucha de egos que se producen entre las grandes estrellas. Pero siempre siguiendo el dictado de lo políticamente correcto, estos rumores se desvanecían por desmentidos de los propios implicados. Ahora el mal rollo que se ha creado entre Robert de Niro y Mel Gibson no lo va a poder maquillar nadie porque el primero ha abandonado, dando un sonoro portazo, la producción de “Edge of darkness”, que comenzó a rodarse el pasado 18 de agosto y en la que de Niro acababa de incorporarse. Tan solo han hecho falta unos pocos días de rodaje para que de Niro se diera cuenta que rodar con Gibson era un tormento para él. Ha decidido largarse y su representante a alegado las consabidas “diferencias creativas”. Ahora Martin Campbell (“La máscara del Zorro”, “Límite vertical” y “Casino Royale”) se ve en el papelón de seguir filmando las escenas de guión en las que no aparecía el personaje de de Niro hasta que encuentre un sustituto a la altura de éste.
Mel Gibson apartado de la interpretación desde su pequeña incursión en “El detective cantante” en 2003, ha vuelto engrandecido con sus dos éxitos como realizador, “La pasión de Cristo” y “Apocalypto”, que ahora no aguanta que nadie le de ni una sola indicación. Yo soñaba que no volveríamos a ver su galería de muecas y ticks en pantalla, pensaba que se volcaría en su más interesante carrera como director.
Como dije esto no es nuevo, ¿Quién no recuerda los malos rollos entre Burt Reynolds y Clint Eastwood en “Ciudad muy caliente”?, ¿o los de Nick Nolte y Julia Roberts en “Me gustan los líos”?, ¿o los de Marlon Brando y Val Kilmer en “La isla del Dr. Moreau”?, ¿o los de Robert de Niro y Robin Williams en “Despertares”? … que terminaron con una nariz rota, la de de Niro.

ÚLTIMA HORA:
Ray Winstone ha sido finalmente el eleguido para sustituir a de Niro.

jueves, 4 de septiembre de 2008

LOS REMAKES EN "ACCIÓN"


A finales de julio mandé a la revista "Acción" el análisis que hice sobre las dos versiones de "Funny games" (la original austriaca y la americana) y este mes de septiembre he tenido la feliz noticia de que Miguel Juan Payán en la sección Correo del lector ha comentado larga y tendidamente mi carta. Ha sido sin duda toda una sorpresa.

La extensa reseña aparece en las paginas 84 y 85 de la revista:

LOS REMAKES Y FUNNY GAMES

Jorge Casquero Faure (Internet). Hombre, me alegra que entres en el tema de Funny Games y su remake, porque el de los remakes es un asunto que me parece especialmente interesante y que he tratado incluso en algunas de mis clases de cine. El tema me ha vuelto además a la memoria después de ver la nueva versión de El tren de las 3:10, que no es un remake sino algo distinto, una nueva adaptación totalmente distinta de una obra concebida para otro medio, en este caso la literatura (el relato corto de Elmore Leonard). No ocurre lo mismo con Funny Games, que es una remake de la película del mismo título dirigida por el mismo director del original. Se da además la casualidad de que esta misma mañana, antes de escribir esta sección, he visto otro remake, Bangkok Dangerous, dirigido por los realizadores del original, los hermanos Pang, y cuyo resultado es un fallido híbrido que sale perjudicado del intento por acoplar el original a las claves del cine de acción que se hace en Hollywood. En tu comentario, cuyas conclusiones en general comparto señalas entre otras cosas que Funny Games US (2007) no se trata de una reinterpretación del original sino que se trata de un calco exacto, una copia plano por plano del filme precedente, Funny Games (1997), en el que se ha desplazado la acción a un idílico entorno americano (Long Island) y se han sustituido los actores por otros más comerciales. Michael Haneke volvió a dirigir el filme con el fin de que pudiera llegar a un público más amplio, debió de pensar: ¡Antes de que se carguen mi película, me la cargo yo!". El autor ha entendido que rehacer su obra sería como reconocer que ésta era mejorable o imperfecta y ha optado por rodarla por segunda vez siguiendo el mismo esquema, con más tiempo y con más dinero. El innecesario esfuerzo de Haneke le habrá reportado al menos un interesante pellizco económico que le compense el brillo que ha perdido aceptando algo que sus seguidores consideran un gesto indigno en él. Apuntas que este remake era totalmente innecesario, y yo creo que llevas razón. El problema es que, para ser sinceros, las revisiones siempre llegan a la pantalla acompañadas por intereses oportunistas ajenos a la creación cinematográfica como arte o medio de comunicar ideas, pero muy próximos a inquietudes de tipo claramente comercial. Vamos, que se hacen por cuestiones económicas. Como digo, hablamos de remakes como éste o como el que tú citas, aquello que hizo otro director muy respetable, pero en esa ocasión tremendamente equivocado, Gus Van Sant, con Psicosis de Hitchcock, cuyo caso a salido nuevamente a flote con el estreno de este largometraje de Haneke. Lo mismo ocurrió por ejemplo con la nueva (y conste que el adjetivo le viene grande) versión de La profecía. Como dije al principio, esto de calcar la película anterior es cosa distinta de tomar una obra original para otro medio y volver a visitarla en una versión y con una visión distinta. El caso es que en el remake han caído incluso los grandes, como John Ford, que rodó Tres padrinos, o Howard Hawks, que volvió a rodar el argumento de Río Bravo o El Dorado. La primera versión de Tres padrinos se filmó en 1916 y era muda. La segunda llegó a las pantallas en 1936, y era en blanco y negro. Ford, que no había rodado las dos anteriores, quiso aportar en su propia visión en color de esta peripecia clásica del western sobre tres forajidos que cuidan a un bebé en pleno desierto del salvaje Oeste filmada en 1948, y consiguió que fuera la más conocida, la más apreciada por la crítica y por los cinéfilos. Hizo una tercera versión del relato que superó a las anteriores. El caso de Río Bravo y El Dorado de Hawks es más claro: evidentemente, el dinero fue una de las claves para que el director retomara uno de sus westerns más taquilleros con vistas a buscar otro éxito en una etapa de ocaso de su carrera, pero ello le permitió además hacer una actualización en la que llama la atención ver como habían cambiado tanto el cine del Oeste como los gustos del público en los años transcurridos entre la primera versión, de 1959 y la segunda, filmada en 1966. Ni siquiera habían pasado diez años, y el paisaje ya no era el mismo, evidencia de que los cambios en el cine se habían acelerado de los años cincuenta en adelante. De paso, en El Dorado hay elementos que no estaban en Río Bravo, como ese protagonismo dual entre dos gigantes veteranos del cine, John Wayne y Robert Mitchum, que en la versión anterior estaba servido por el mismo Wayne versus Dean Martin. Nada que ver. Así que paradójicamente, la primera película es mejor que la segunda, pero para mí personalmente el dúo protagonista de la segunda supera al dúo protagonista de la primero. Luego hay un ejemplo de remake que es, a mi entender, tan interesante y magistral como el original, la versión de Nosferatu que dirigió en 1979 Werner Herzog, y que sí es una visión artística propia y diferente del Nosferatu dirigido por Murnau en 1922. Y hay incluso remakes disfrazados, como Caboblanco, protagonizada por Charles Bronson en 1980, que era una variante ciertamente pobre del clásico Casablanca. Pero en general el remake, artisticamente, no es necesario. De hecho, yo prefiero que me cuenten historias nuevas, o que muestren cosas nuevas en una historia antigua antes de que me repitan lo mismo una y otra vez. Yo creo como tú que en ésta de Funny Games el remake no era necesario, pero a la protagonista y productora, Naomi Watts, le apetecía y se hizo. Algo que comparto contigo es que aún siendo forofo de Watts, me quedo con la actriz de la versión anterior, y lo mismo me ocurre con el resto del reparto. En todo caso, y por si te interesa profundizar en el asunto de los remakes, te recomiendo un libro muy interesante sobre el tema: Play it again, Sam. Retakes on remakes, coordinado por Andrew Horton y Stuart Y. McDougal, editado por la Universidad de California en 1998. En él se habla por ejemplo de la fórmula aplicada por Hitchcock para hacer remakes y reciclar material de sus propias películas. Muy curioso.
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Para quien quiera saber más sobre Miguel Juan Payán aquí tiene una breve biografía en palabras propias:

Nací en Madrid en 1962, soy licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Colaboré con el Festival Internacional de Cine de Madrid (IMAGFIC) en sus ediciones de 1985 y 1986, y escribo sobre temas cinematográficos desde hace más de veinte años. He colaborado con numerosas publicaciones especializadas en cine y escribo desde hace 16 años para la revista Acción. También soy profesor de Historia del Cine y Géneros Cinematográficos en la Escuela Superior de Artes y Espectáculos TAI de Madrid y coordinador y moderador de las Jornadas Cine, Café y Tertulias para Mayores organizadas por Obra Social Cajamadrid.

Yo añadiré que ha escrito biografías sobre Cary Grant, David Lynch, Oliver Stone, Francis Ford Coppola, Marlon Brando o James Dean, y es un entendido en generos como la ciencia ficción, el terror, el western, el cine histórico, fantástico, etc. Un libro muy recomendable suyo es "Las mejores escenas de la historia del cine" que ya va por su segunda edicción y que esta editado por Cacitel, S.L.

El Sr. Payán además tiene un blog muy interesante:

Una palabra tuya


Ángeles González Sinde tenía un largo bagaje como guionista (“La buena estrella”, “Lágrimas negras”, “Segunda piel”, “Las razones de mis amigos”, “El misterio Galíndez”, “La puta y la ballena” o la reciente “Todos estamos invitados”) antes de dar el salto a la dirección en 2003 con “La suerte dormida” por la que ganó el Goya a la mejor dirección novel al que sumó al que ya había merecido como guionista de “La buena estrella”, aquella estupenda película del desaparecido Ricardo Franco. En su segunda incursión ha decidido tomar como base la novela “Una palabra tuya”, que Elvira Lindo publicó en 2005 y que cautivó a la actual directora de la Academia del cine español.

Los personajes de “Una palabra tuya” están desarrollados del breve boceto que ya se mostraba de ellos en uno de los capítulos de aquella película coral llamada “Ataque verbal” (1999), un guión escrito a dos manos por Elvira Lindo y Miguel Albaladejo, en aquella ocasión Rosario estaba interpretada por la propia Lindo y Milagros por Geli Albaladejo.
Elvira Lindo sabe captar muy bien el lenguaje urbano y en esta ocasión no es una excepción, salvando situaciones poco verosímiles (como el modo de reencontrarse los dos personajes principales), momentos que no aportan mucho al conjunto (la mayoría de escenas en el taxi con las protagonistas colocadas) y situaciones exageradas (el polvo de Rosario con Morsa es antológico).

Tras un breve prólogo, la acción retrocede al momento que Rosario y Milagros se vuelven a cruzar en la vida de la otra, a partir de ahí la acción avanza no todo lo linealmente que pensábamos y todo lo que en un principio parecía una agridulce comedia de mujeres insatisfechas en una utópica aunque optimista búsqueda de la felicidad termina convirtiéndose inteligentemente en un retrato descarnado de la soledad y de la imposibilidad de superación por los límites que tenemos o que nos ponemos cada uno. Elvira Lindo parece decirnos que la vida no es un cuento de Principes ni de Princesas y que cada uno debe aferrarse a lo que está al alcance de sus manos y no pedir la luna (Rosario sabe desde un principio que Morsa no es el hombre de su vida sin embargo también tiene dudas de que algún tren pueda volver a pasar por su estación). También asistimos a todo el proceso de la enfermedad de la madre de Rosario y su agonía y muerte es de una crudeza estremecedora. La soledad, la vejez, la enfermedad, la muerte, la frustración, la necesidad de afecto, la insatisfacción, el deseo no cumplido de ser madre, … un cocktail que nos deja la sensación de haber sido testigos, una vez más, de lo trágico que puede ser para algunos vivir. Nunca la desgracia viene sola.

El primer y merecido papel protagonista de Malena Alterio le hará merecedora con toda seguridad de una nominación a los próximos Goya, por su elaborada composición de Rosario; Esperanza Pedreño (la Cañizares de “Camera café”) también cumple con las expectativas (también tendrá su nominación a la actriz revelación), pero el peso de la película lo sostiene Malena en sus hombros.
Antonio de la Torre como Morsa, el tercer vértice del triangulo, todo lo opuesto a ser el galán de la película, se consolida como uno de los actores secundarios más solventes que tenemos hoy (ya estuvo excelente en “AzulOscuroCasiNegro”, “Mataharis” o “Salir pitando”). El breve reparto lo completan: María Alfonsa Rosso (como la madre de Rosario enferma de alzheimer), Juan Sanz (el padre de Rosario en los flash-back) un actor que “En la vida mancha” dio mucho que hablar y que de momento no ha tenido la suerte que se esperaba, Chiqui Fernández (como Palmira, la siempre ausente hermana de Rosario) y Fernando Conde (que aparece brevemente encarnando al tío taxista de Milagros).

A pesar de un arranque algo flojo, la película remonta el vuelo dejando el listón bastante alto, eso sí, es recomendable siempre y cuando no hayas tenido un mal día, porque en este film de González Sinde no hay mucho espacio para el optimismo ni para la esperanza.

martes, 2 de septiembre de 2008

LAS PELÍCULAS DE MI VIDA (3ª PARTE)

EL HOMBRE QUE PUDO REINAR

Este clásico del cine de aventuras que dirigió John Huston forma ya parte de mí, está entre mis preferidas y seguramente entre las 5 primeras de la lista. Basado en un relato breve de Rudyard Kipling con el tema del colonialismo británico como eje central, el proyecto tardó en levantarse más de dos décadas, la idea de Huston era que Clark Gable y Humphrey Bogart fueran sus protagonistas, pero los dos murieron prematuramente; después se pensó en Burt Lancaster y Kira Douglas pero el proyecto no terminaba de prosperar; por último Huston les ofreció los papeles principales a la pareja de moda de los 70: Paul Newman y Robert Redford, pero Newman inteligentemente le sugirió al director que debería buscar actores británicos.
Huston con el buen ojo de casting que le caracterizaba dio con la pareja más adecuada que se pueda imaginar para interpretar a los militares mercenarios Danny Dravot y Peachy Carnehan, Sean Connery y Michael Caine, que dieron un recital interpretativo (Connery sigue considerando “El hombre que pudo reinar” como el preferido de toda su carrera), secundados por Christopher Plummer como el propio autor del relato Kipling, el indio Saeed Jaffrey (después visto en “Mi hermosa lavanderia”) y Shakira Caine, la bella y exótica mujer de Michael como Roxanne, la desencadenante de la debacle de esta aventura “bigger than life”.

El guión del film lo escribió el propio Huston con la ayuda de su asistente Gladys Hill (quien también compartió la autoría de “Reflejos de un ojo dorado” y “La carta del Kremlin”), la música fue obra del gran Maurice Jarre, la fotografía de Oswald Morris que hizo inmortales todos los exteriores rodados en Marruecos (que simulaba ser Kafiristán, estaba al nordeste de Afganistán y durante mucho tiempo se le denominó El Reino sin Rey), los interiores se completaron en los famosos estudios Pinewood, en Inglaterra.
Es una vergüenza que una película se tuviera que conformar con 4 nominaciones menores a los Oscar (una prueba más de la poca credibilidad y objetividad que tienen estos premios), mejor dirección artística, mejor vestuario, mejor montaje y mejor guión adaptado. De todos modos ese año lo tenía complicado porque ganó “Alguien voló sobre el nido del cuco” (otra de mis debilidades, de la que algún día hablaré).
No quiero desvelar nada de su impactante nudo y sobrecogedor desenlace, tan solo os animo a que la disfrutéis si tenéis la oportunidad.


ARGUMENTO:
Danny Dravot y Peachy Carnehan son dos aventureros trotamundos en la India de 1880. Sobreviven gracias al contrabando de armas, de mercancías y otras dudosas actividades. Un día deciden hacer fortuna en el legendario reino de Kafiristán. Después de un duro viaje a través del Himalaya, alcanzan su meta justo a tiempo para hacer uso de su experiencia en el combate y salvar a un pueblo de sus asaltantes. Dravot será confundido entonces con la reencarnación de Alejandro Magno y convertido en un semidios para una comunidad religiosa, que le colmará de honores y riquezas.

EL HOMBRE QUE PUDO REINAR (“The man who would be King”).

1975. Allied Artists/Devon/Persky-Bright/Columbia. 129 min. Color.

Director: John Huston.
Productor: John Foreman.
Guión: John Huston y Gladys Hill.
Fotografía: Oswald Morris.
Dirección artística: Tony Inglis.
Sonido: Basil Fenton-Smith.
Montaje: Russell Lloyd.
Maquillaje: George Frost.
Intérpretes: Sean Connery (Danny Dravot), Michael Caine (Peachy Carnehan), Christopher Plummer (Rudyard Kipling), Saeed Jaffrey (Billy Fish), Albert Moses (Ghulam) y Shakira Caine (Roxanne).