jueves, 4 de septiembre de 2008

Una palabra tuya


Ángeles González Sinde tenía un largo bagaje como guionista (“La buena estrella”, “Lágrimas negras”, “Segunda piel”, “Las razones de mis amigos”, “El misterio Galíndez”, “La puta y la ballena” o la reciente “Todos estamos invitados”) antes de dar el salto a la dirección en 2003 con “La suerte dormida” por la que ganó el Goya a la mejor dirección novel al que sumó al que ya había merecido como guionista de “La buena estrella”, aquella estupenda película del desaparecido Ricardo Franco. En su segunda incursión ha decidido tomar como base la novela “Una palabra tuya”, que Elvira Lindo publicó en 2005 y que cautivó a la actual directora de la Academia del cine español.

Los personajes de “Una palabra tuya” están desarrollados del breve boceto que ya se mostraba de ellos en uno de los capítulos de aquella película coral llamada “Ataque verbal” (1999), un guión escrito a dos manos por Elvira Lindo y Miguel Albaladejo, en aquella ocasión Rosario estaba interpretada por la propia Lindo y Milagros por Geli Albaladejo.
Elvira Lindo sabe captar muy bien el lenguaje urbano y en esta ocasión no es una excepción, salvando situaciones poco verosímiles (como el modo de reencontrarse los dos personajes principales), momentos que no aportan mucho al conjunto (la mayoría de escenas en el taxi con las protagonistas colocadas) y situaciones exageradas (el polvo de Rosario con Morsa es antológico).

Tras un breve prólogo, la acción retrocede al momento que Rosario y Milagros se vuelven a cruzar en la vida de la otra, a partir de ahí la acción avanza no todo lo linealmente que pensábamos y todo lo que en un principio parecía una agridulce comedia de mujeres insatisfechas en una utópica aunque optimista búsqueda de la felicidad termina convirtiéndose inteligentemente en un retrato descarnado de la soledad y de la imposibilidad de superación por los límites que tenemos o que nos ponemos cada uno. Elvira Lindo parece decirnos que la vida no es un cuento de Principes ni de Princesas y que cada uno debe aferrarse a lo que está al alcance de sus manos y no pedir la luna (Rosario sabe desde un principio que Morsa no es el hombre de su vida sin embargo también tiene dudas de que algún tren pueda volver a pasar por su estación). También asistimos a todo el proceso de la enfermedad de la madre de Rosario y su agonía y muerte es de una crudeza estremecedora. La soledad, la vejez, la enfermedad, la muerte, la frustración, la necesidad de afecto, la insatisfacción, el deseo no cumplido de ser madre, … un cocktail que nos deja la sensación de haber sido testigos, una vez más, de lo trágico que puede ser para algunos vivir. Nunca la desgracia viene sola.

El primer y merecido papel protagonista de Malena Alterio le hará merecedora con toda seguridad de una nominación a los próximos Goya, por su elaborada composición de Rosario; Esperanza Pedreño (la Cañizares de “Camera café”) también cumple con las expectativas (también tendrá su nominación a la actriz revelación), pero el peso de la película lo sostiene Malena en sus hombros.
Antonio de la Torre como Morsa, el tercer vértice del triangulo, todo lo opuesto a ser el galán de la película, se consolida como uno de los actores secundarios más solventes que tenemos hoy (ya estuvo excelente en “AzulOscuroCasiNegro”, “Mataharis” o “Salir pitando”). El breve reparto lo completan: María Alfonsa Rosso (como la madre de Rosario enferma de alzheimer), Juan Sanz (el padre de Rosario en los flash-back) un actor que “En la vida mancha” dio mucho que hablar y que de momento no ha tenido la suerte que se esperaba, Chiqui Fernández (como Palmira, la siempre ausente hermana de Rosario) y Fernando Conde (que aparece brevemente encarnando al tío taxista de Milagros).

A pesar de un arranque algo flojo, la película remonta el vuelo dejando el listón bastante alto, eso sí, es recomendable siempre y cuando no hayas tenido un mal día, porque en este film de González Sinde no hay mucho espacio para el optimismo ni para la esperanza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Kasker. Esta semana me he visto esta y la de los girasoles ciegos, panzada de cine español, je!. De lo que comentas, con casi todo lo que dices coincido, miradas una a una sus partes será así,pero, pero... el conjunto...
Veras: me dio la sensación, en las dos películas, de cine repetitivo, que abusa de los tópicos de siempre, algo casposo (siento el calificativo, pero es el que más se ajusta a mi impresión). Vamos, que el listón está muy bajo, los personajes no tienen profundidad y, para mí, no funcionan. Cierto que hay escenas que se salvan (cuando encuentran al bebé...), y me gusta ese humor costumbrista made in Elvira Lindo, pero no me creo a sus personajes y el final me decepcionó, también por inverosímil y mal interpretado. Un abuso de pesimismo innecesario que no me atrae en absoluto, para enfatizar los sentimientos de los personajes nada más.
Pero oye, es sólo una opinión, y si casi toda la crítica la alaba, por algo será...

Un saludo!

Kasker dijo...

Agradezco tu comentario, a mi a grandes rasgos me gustó pero como he dicho la sensación al salir es de tener un bajonazo que no veas, vamos que como no hayas cenado antes luego ya no lo haces, pq te dan ganas de tomarte una pastilla e irte a la cama. Es lo malo de mostrar una realidad tan cruda y negativa, no hay nada esperanzador y el final es el anti-romanticismo pq sabemos el motivo por el q la protagonista toma la decisión. No cuento más para quien quiera verla.
Estoy convencido de q tendrá una presencia destacada en los Goya, aunque eso no quiere decir q sea mejor o peor.
Es una buena película en conjunto, demasiado dura para mi gusto.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Una palabra tuya, "demasiada dura" para tu gusto señor Kasker.
Mmmmm..... tendré que verla como sea sin ningun genero de dudas.
No creo en las pelís de final feliz... así que esta tiene que encantarme. Espero...