jueves, 20 de mayo de 2010

Un ciudadano ejemplar

Cinco años ha estado desaparecido de la gran pantalla el realizador afroamericano F. Gary Gray, su regreso se debe, en parte, a la insistencia de su buen amigo Jamie Fox quien le animó a que aportara su estilo visual a un film tan descaradamente comercial como “Un ciudadano ejemplar”, que a su vez está protagonizada y producida por otro actor recientemente encumbrado a la categoría de estrella, el escocés Gerard Butler. Este film es un claro vehículo para su lucimiento.
Gray no cuenta precisamente con una carrera modélica, las únicas ocasiones en que ha conseguido un acabado formal ha sido con la muy interesante “Negociador” (1998) y con la entretenida “The Italian job” (2003). Del resto mejor olvidarse ya que después de darse a conocer en el género de la comedia con “Friday” (1995), que batió records de taquilla, su única motivación para aceptar un film han sido puramente económicas. Cuando faltaron las ofertas, Gray no dudó en aceptar videoclips por encargo para gente como Cypress Hill, Babyface, R. Kelly o Outkast.

Si la falta o no de talento de Gray podría generar un largo debate, la falta del mismo por parte del guionista Kurt Wimmer se perfila como indiscutible. En su mediocre carrera se cuentan films muy poco relevantes como “Esfera” (1998), “Equilibrium” (2002), “La prueba” (2003), “Ultraviolet” (2006) o “Los amos de la calle” (2008). Wimmer con “Un ciudadano ejemplar” ha cavado su propia tumba… otra vez.

El argumento del film, cuyo título más fidedigno con respecto al original habría sido “Un ciudadano respetuoso con las leyes”, se puede resumir con facilidad en un sólo párrafo. Clyde Shelton (Butler) asiste impotente al asesinato de su mujer y de su única hija. Del caso se encarga el abogado Nick Rice (Fox) tan deficientemente que el veredicto final resulta hacer poca justicia. Pero ese cariñoso padre, ese atento marido, ese ciudadano ejemplar planea durante 10 años su venganza para dar un escarmiento a todo aquel que no se molestó en evitar que los asesinos quedaran impunes.

El film cuya temática nos remite a films de los 70 como “Harry el sucio” (1970) o “Yo soy la justicia” (1974) y primeros de los 80 como “Los jueces de la ley” (1983) llega con la mera excusa el hacer una crítica del sistema judicial americano. Cualquier clase de crítica queda diluída en un espectáculo tan fascistoide, efectista, hiperviolento y tramposo como el que nos ofrece “Un ciudadano ejemplar”.

Manisfestar que el film tiene un ritmo ágil y que para mucha gente incluso pueda resultarle entretenido no es obstáculo para afirmar abiertamente que se trata de un sinsentido de principio a fin. El guionista creyó que con la inclusión de una elipsis de 10 años todo estaría permitido, pero el argumento es una concatenación de absurdeces, el tira y afloja abogado-cliente no funciona como no funciona la química entre los dos actores protagonistas que no hacen aquí precisamente sus mejores actuaciones, y sí pensamos un poco en el confuso mensaje que transmite el film pues directamente podemos sentirnos ofendidos cuando no cabreados. Parafraseando su título, no se trata por tanto de un film ejemplar, más bien es un ejemplo de que no todo vale con tal de ofrecer espectáculo. Un autentico despropósito.

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