lunes, 9 de marzo de 2009

Watchmen

Supongamos que las tensiones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética están al borde de provocar una guerra nuclear, supongamos que los americanos ganaron la guerra de Vietnam y supongamos ya de paso que este hecho limpió tanto la imagen de Richard Nixon que se encuentra en su quinto mandato. Con esta alternativa a la realidad histórica nos encontramos en el año 1985, con una larga pelea (cuya espectacularidad y crudeza contrastan con la suavidad del “Unforgettable”, de Nat King Cole y Natalie Cole) que termina con la muerte de Edward Blake (El Comediante) da origen la compleja trama de los “Watchmen”.

El Comediante (interpretado por Jeffrey Dean Morgan, un actor que se dio a conocer por un personaje que caló hondo en la serie “Anatomía de Grey”) tenía a pesar de su edad una forma física admirable, trabajaba para el Gobierno y algunas de sus acciones pasadas fueron determinantes en el curso que tomó la historia. El Comediante era una de los pocos “Vigilantes” que actuaban de manera legal, ya que Nixon en 1977 se encargó de prohibir sus actividades. El enigmático Rorschach (al que da vida el excelente y recuperado Jackie Earle Haley) se encarga de investigar lo sucedido, con la viva sospecha de que se trata de un complot para acabar con los “Vigilantes”.
Rorschach decide informar a amigos y no tan amigos de El Comediante para así tratar de encajar las numerosas piezas que faltan en el puzzle; entre ellos al Dr. Manhattan (un Billy Crudup irreconociblemente azul por exigencias del guión), un científico que sufrió un accidente nuclear y que actualmente es el hombre más poderoso e influyente del planeta, Ozimandias (irregularmente interpretado por Matthew Goode), el Vigilante más mediático y ambicioso, dueño de todo un Imperio; y a Buho nocturno II (al que encarna el ascendente Patrick Wilson), que se siente atraido por Espectro de seda II (la bella y televisiva Malin Ackerman), pareja del Dr. Manhattan con el que sufre una crisis. Lo que sigue es una trama de la que no conviene despistarse. ¿Quién vigila a los Vigilantes?.

20 años han tenido que pasar para que la novela gráfica publicada en 12 entregas entre 1986 y 1987 por Alan Moore (escritor) y Dave Gibbons (ilustrador) haya llegado finalmente a las pantallas. Por su larga gestación pasaron cineastas tan interesantes como Terry Gilliam, Darren Aronofsky y Paul Greengrass, pero el proyecto era a grandes rasgos irrealizable hasta que no se contó con la tecnología actual y con el talento visual de un realizador como Zack Snyder, que con su anterior trabajo, “300”, ya había adaptado con éxito una novela gráfica de Frank Miller.
Alan Moore como en otras ocasiones se desentendió del proyecto, tras comprobar como otras adaptaciones suyas, “Desde el infierno”, “La liga de los hombres extraordinarios”, “Constantine” o “V de Vendetta”, tenían desigual fortuna.

La novela gráfica se ha convertido en una materia prima muy atractiva para el cine actual, como así lo atestigua el acertado traspaso de las viñetas al celuloide de “Camino a la perdición” (Max Allan Collins), “Una historia de violencia” (John Wagner), “Sin city” (Frank Miller) o “Hellboy” (Mike Mignola). Tras el fracaso de “Spirit” (patetica adaptación del comic de Will Eisner por el otrora ilustrador Frank Miller), nos llega el último exponente: “Watchmen”, una historia tan políticamente incorrecta como todas las de Alan Moore, sino como se explica que uno de esos supuestos superhéroes sea el causante de la muerte de Kennedy o sea capaz de matar a una mujer vietnamita embarazada ante nuestra asombrada mirada.
El presupueto de “Watchmen” ha alcanzado los 100 millones (solo en su primera semana de exhibición en Estados Unidos ha recuperado algo más de lo mitad), más los gastos de promoción; su resultado es hipnótico, impactante, desconcertante y único. Seguramente dividirá al público entre los defensores y los detractores de unos superhéroes tan atormentados, marginales y humanos, que vagan durante los 160 minutos que dura el film expresando su rechazo hacia la sociedad actual (en especial Rorschach, casi un filósofo, que detesta todo lo que rodea y de cuya boca salen autenticas perlas), demostrando una ambición sin medida (Ozimandias, alguién que como a tantos otros le apasiona el éxito y la atención mediática), preocupandose únicamente por llevarse a la chica al catre (el romance de Buho nocturno II y Espectro de seda II acunado por el “Hallelujah” de Leonard Cohen) o sintiendo la soledad de un exilio en Marte (lo que siente el Dr. Manhattan, único personaje con poderes reales y peligrosos para quienes le rodean).

Zack Snyder ha decidido mostrarse totalmente fiel a la novela gráfica y ha entregado un film que es otra muestra (tras el estupendo resultado de “El caballero nocturno” o “Iron Man”) de la madurez que se está logrando con el genero, enfocándolo más al público adulto que al infantil. El problema es que para disfrutar de este film no basta con un solo visionado, porque como dijo Alan Moore: “Watchmen está escrita para no ser entendida hasta una quinta lectura”, y en el film ocurre exactamente lo mismo. Si no hiciste los deberes leyéndote los comics ahora deberás pasar por taquilla varias veces si quieres acercarte a comprender un poco el complejísimo universo de Alan Moore.

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