domingo, 11 de julio de 2010

Mamút

El sueco Lukas Moodysson es el realizador con más proyección internacional de su país desde la muerte de Bergman, quien en vida manifestó reiteradamente su admiración hacia el joven cineasta. Titulos como “Fucking amal” (1998), “Juntos” (2000) o “Lilya 4-ever” (2002) han recorrido los festivales de todo el mundo y han dejado constancia de su gusto por la experimentación y su atrevimiento a la hora de concebir la temática de una obra que ha ido haciéndose más y más críptica.
“Mamút” es la primera película que rueda en inglés con una estructura similar a la “Babel” (2006) – film con el que ha sido comparada incesantemente – ya que cada una de sus tres historias se desarrolla en países diferentes (Nueva York, Tailanda y Filipinas) y todas ellas tienen un nexo común con las otras. La narración de las tres historias que propone “Mamút” se hace paralelamente, de manera intercalada.

Sí algo hay que señalar a favor de “Mamút” es que sus historias encajan de un modo más natural y menos rebuscado que “Babel”, aunque el film de Moodysson no posea el mismo impacto visual ni la capacidad de trascendencia del de Iñárritu. En ambos casos el drama amenazante que planea sobre el último tercio opta por no cargar todas sus tintas, abriendo una ventana a la esperanza para alivio del espectador.

Gael García Bernal y Michelle Williams interpretan a un matrimonio norteamericano que ha superado con creces sus metas laborales; él es un friki de los videojuegos que abrió una página en internet y terminó convirtiéndose en un ejecutivo que firma contratos por valor de muchos millones de dólares; ella es una cirujana cuyo absorvente trabajo físico y emocional no le permite disponer del tiempo que quisiera para cuidar de su única hija, tarea de la que se encarga una niñera (Marife Necesito) emigrante filipina que abandonó a sus propios hijos para poder facilitarles una educación y una sanidad. La creciente complicidad entre la niñera y la hija del matrimonio, la ausencia del padre en un viaje de negocios por Tailandia y un trágico suceso desestabilizará el, en apariencia, estrecho nucleo familiar.

Producida por Lars von Trier “Mamút” es otro de los films que se suman a criticar la globalización, el absorbente influjo de las sociedades modernas monopolizadas y el efecto que puede tener un acontecimiento en el otro lado del mundo. La ambición y el éxito profesional no son siempre compatibles con una vida familiar en la cual la escasez de tiempo y dedicación abre grietas difíciles de rellenar, parece ser el discurso que propone en esta ocasión Moodysson, aparte de las siempre presentes inseguridades y los inevitables celos que toda pareja atraviesa.

En el episodio de Filipinas queda relegada la parte más crítica del conjunto, la situación de miseria y desamparo que padecen los países subdesarrollados y la huida desesperada en busca de una vida mejor y más digna. Que “Mamút” discurra por caminos ya transitados no es óbice para que se trate de una propuesta estimulante, intensa y apasionada. Un film con un buen guión detrás que deja la evidencia de que Moodysson es un excelente narrador y un solvente director de actores – el film presenta a un más que ajustado García Bernal y a una soberbia Williams - . La música es un protagonista más del film, excelentemente seleccionada y encajada, aunque la emotiva “The greatest” de Cat Power inevitablemente nos lleve hasta “My blueberry nights”, otro film de cuidada estética que también fue la puesta de largo en el mercado USA de un afamado director chino… pero esa historia me suena que ya la he contado.
“Mamút” es un film excelente que merecía mucha más atención de la que le dispensaron.

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