miércoles, 17 de agosto de 2011

LA OTRA CARA DEL ÉXITO (XXXII)




JOSEPH BROOKS
Nueva York (USA), el 11 de marzo de 1938
Manhattan, Nueva York (USA), el 22 de mayo de 2011

Músico americano que dio sus primeros pasos en la década de los 60 como compositor de anuncios de marcas como Pepsi o Maxwell House. Después de firmar los scores de “Amor joven” (1973) y “Días felices” (1974), Brooks irrumpió con enorme fuerza en 1977 con la aparición del film “You light up my life”, escrito, producido y dirigido por él mismo. La fama en Estados Unidos de un film nunca estrenado en nuestro país se debió al éxito sin precedentes del tema central de su banda sonora, compuesto por Brooks y tan edulcorado como el film en cuestión. La canción “You light up my life” (que cantaba Debby Boone) le hizo merecedor a Brooks del Oscar, el Globo de oro y el Grammy a la mejor canción, entre otros muchos premios. Un año más tarde quiso repetir la gesta con “If ever I see you again” (1978), reservándose además el personaje protagonista, pero el éxito ni de lejos se repitió. Sus dos últimos trabajo como realizador, “Headin’ for Broadway” (1980) e “Invitation to the wedding” (1983) fueron clamorosos fracasos artísticos y comerciales. Produjo “Eddie and the Cruisers” (1983) sobre la misteriosa muerte de un cantante, y después prácticamente se le tragó la tierra. Un derrame cerebral terminó por retirarle del todo después de un tímido paso por Broadway.
En junio de 2009 Brooks volvió a la palestra pero por causas extra-cinematográficas, 11 mujeres le interpusieron una demanda a él y a su asistente personal por violación, después de acudir al anuncio de un casting para un film. En diciembre de 2010 su hijo Nicholas, también músico, fue acusado de matar a su novia, la diseñadora peruana Sylvie Cachay. El enorme escándalo finalizó en mayo de 2011 cuando Brooks con la ayuda de una toalla y una bolsa de plástico se ahorcó en su apartamento de Manhattan antes de que su juicio concluyese. El romanticismo exacerbado de Brooks quedó para siempre sepultado por sus oscuras prácticas.

martes, 9 de agosto de 2011

LA OTRA CARA DEL ÉXITO (XXXI)



JEFF CONAWAY
Nueva York (USA), el 5 de octubre de 1950
Los Ángeles, California (USA), el 27 de mayo de 2011

Debutó como actor en Broadway a los 10 años con la obra “All the way home”, aunque durante algún tiempo se mostró más interesado en mover la carrera musical del grupo “3 ½” del que era líder y con los que teloneó a artistas tan importantes como Gladys Knight & The Pips, Chuck Berry o The Animals. Su primera aparición en la gran pantalla fue en el film “Jennifer on my mind” (1971), en el que daba sus primeros pasos un actor años después muy prestigioso, Robert de Niro. En 1972 fue elegido para encarnar a Danny Zuko en la obra musical “Grease” que durante año y medio se mantuvo en cartel. Esa importante promoción le abrió las puertas de la televisión en la que apareció episódicamente en series como “Happy days” (1976), “La chica de la tele” (1976) o “Kojak” (1978) o en pequeños papeles en films como “Nunca te prometí un jardín de rosas” (1977) o “Pedro y el dragón Elliot” (1977). La adaptación cinematográfica de “Grease” (1978) tuvo el detalle de acordarse de Conaway aunque no para el papel protagonista que recayó en la estrella del momento, John Travolta, teniendo Jeff que conformarse con ser su amigote de correrías, Kenickie.
El enorme éxito del film le dio su otro papel más recordado, el de Bobby Wheeler, el actor fracasado reconvertido en taxista de la serie de culto “Taxi” (1978-82). Jeff la abandonó una temporada antes de ser cancelada para evitar el encasillamiento como rubio cortito de mente y para poder ser el Príncipe Greystoke en la miniserie “Wizards & warriors” (1983). Su carrera contra todo pronóstico empezó a declinar sin remedio, limitándose a ser la estrella invitada de series como “Vacaciones en el mar” (1985), “¿Quién es el jefe?” (1985), “Hotel” (1987), “Mike Hammer” (1987) o en culebrones como “Belleza y poder” (1989-90). En la década de los 90 se consagró por completo al cine de serie B coincidiendo en aquellos subproductos rodados directamente para el mercado del video con otras muchas estrellas en horas bajas como él. En la serie futurista “Babylon 5” (1994-98), una de las muchas surgidas del Universo de “Star Trek” aunque no de las de mayor éxito, interpretará a un personaje no principal pero sí recurrente durante sus 4 temporadas de vida. Randal Kleiser, el realizador de “Grease”, le dará un pequeño papel en el olvidable drama judicial “Sombras de sospecha” (1998). Encaró la recta final de su carrera aireando el problema de drogadicción que arrastraba desde hacía dos décadas en un delirante reality del canal Vh1 centrados en famosos en proceso de rehabilitación, allí coincidió con Brigitte Nielsen, Daniel Baldwin o Gary Busey. Sus adicciones la habían convertido en una versión alarmantemente envejecida y grotesca de sí mismo. Lo cierto es que Conaway nunca consiguió rehabilitarse, una sobredosis, que le mantuvo durante dos semanas en coma, acabaría con su vida a los 60 años.