sábado, 23 de enero de 2010

Up in the air

Con su tercer largometraje, “Up in the air”, después de la curiosidad suscitada por “Gracias por fumar” (2005) y del inesperado fervor desatado con “Juno” (2007), Jason Reitman se consolida como un cineasta a tener muy en cuenta, forjándose un estilo propio para así dejar atrás la coletilla de “joven promesa” que le ha acompañado desde que debutara hace ya 5 años. Su padre, Ivan Reitman, famoso en los 80 por películas tan generacionales como “Los incorregibles albóndigas” (1979), “El pelotón chiflado” (1981) o “Los cazafantasmas” (1984), nunca consiguió impregnar a sus comedias del tono desencantado y meláncolico que hace tan especiales las películas de su hijo Jason.

“Up in the air” es un film de candente actualidad en tiempos de crisis, muestra la dificil situación a que se enfrentan las personas que se quedan de la noche a la mañana sin trabajo después de muchos años de fidelidad a su empresa, y los escasos miramientos de la misma para prescindir de las personas necesarias, sin atender a las situaciones particulares de cada una de ellas. El objeto de este análisis es describir la difícil ocupación de Ryan Bingham (encarnado por un estupendo George Clooney), un ejecutivo que se pasa los días volando de un lugar a otro para encargarse del incómodo trámite de despedir a los empleados de las empresas que contratan sus servicios. Ryan es una persona que posee la experiencia y los recursos necesarios para hacer más sencillo este tránsito.
Esta situación de inestabilidad y desempleo es la mera excusa para mostrarnos la vida cotidiana y desarraigada de alguien que como Ryan da más importancia a alcanzar el número de millas necesarias para tener un trato privilegiado en su aerolínea favorita, a las prestaciones que posee un turismo de alquiler o al lujo que ofrece una suite de un Hotel, que a cuidar las relaciones con su familia – sus continuos viajes le ha convertido en todo un extraño para ellos – . Ryan hace campaña en contra de las responsabilidades y el compromiso, pero cuando conozca a la horma de su zapato, Alex Goran (interpretada por la actractiva y cada día más en alza Vera Farmiga), tan adicta a los vuelos, a la agenda apretada y a vivir libremente como él, empezará a cuestionar ese discurso que incansablemente promulga.

El tercer vértice del triángulo lo integra Natalie Keener (una convincente Anna Kendrick surgida de la joven cantera de “Crespúsculo”), una joven prometedora y ambiciosa que idea un plan de recorte de gastos muy bien recibida por el jefe de Ryan (Jason Bateman, un habitual en el cine de Reitman) que consiste en despedir a la gente vía video-conferencia. Ryan probará el nuevo sistema junto a Natalie para demostrarla que en su oficio no pueden dejar fuera la parte física y emocional.

“Up in the air” se basa en un excelente guión escrito a cuatro manos por Jason Reitman y Sheldon Turner, basado a su vez en el libro de Walter Kirn, del que difiere notoriamente, liberándose de cierto dramatismo. La agridulce historia de Ryan Bingham cuenta con un ritmo envidiable en buena parte debido a las excelencias del montaje de Dana E. Glauberman – también responsable de los dos anteriores films de Reitman - , especialmente vistoso cuando se describe la manera más rapida de hacer una maleta, de facturar un equipaje, de pasar un control de seguridad, de embarcar, etc. Por su parte la música de Rolfe Kent se encarga de acentuar la parte melancólica del film.
El film plantea la disyuntiva entre elegir una vida convencional y hasta cierto punto aburrida – la que elige por ejemplo la hermana de Ryan – o la opción de vivir una vida sin ataduras con sus pros y sus contras – acercándola en este sentido al moralismo que transmitía un film tan recomendable como era el remake de “Alfie” (2004) - . Ryan se siente más seguro volando continuamente sobre América que estando en el impersonal apartamento que tiene en Omaha, que permanece vacío gran parte del año, y cuyo regreso al mismo siempre le devuelve a la cruda realidad, a la soledad existencial.

Es difícil elegir entre enmarcar a “Up in the air” como comedia dramática o como drama con tintes cómicos, en cualquier caso se trata de una maravillosa sorpresa que este 2010 recién empezado ya nos ha regalado. No necesito 300 millones de dólares de presupuesto ni la más revolucionaria y transgresora tecnología para sentirme desbordado, tan sólo necesito de un guión trabajado y creíble, de una historia emocionante y sincera, de unos personajes bien definidos, de un montaje agil, de unas interpretaciones inspiradas, etc, … y de todo esto “Up in the air” va más que sobrada. Un film verdaderamente apasionante e imprescindible.

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