martes, 17 de febrero de 2009

El lector

Dicen los que leyeron el libro escrito por Bernhard Schlink en 1995 que se trata de una excelente adaptación, yo que no lo he leído tan solo puedo decir que se trata de un excelente film, sensible, arriesgado, provocador,... en Estados Unidos ha levantado ampollas más por el hecho de hablar sobre la relación sexual entre un chico de 15 años y una mujer de más de 30, que por tocar un tema tan controvertido como el genocidio judio. Increíble pero cierto.
Stephen Daldry es un directo dotado de una sutil sensibilidad (que algunos confunden con sensibleria), demostrada sobradamente en sus anteriores trabajos, “Billy Elliott” (2000) y “Las horas” (2002); con su esperado tercer trabajo, “El lector”, vuelve a ser candidato por tercera vez al Oscar. Se trata de un proyecto largamente acariciado que le cedió el desaparecido Anthony Minghella (productor junto al también desaparecido Sidney Pollack, el film está dedicado a ellos) y que ha sufrido de tensiones entre sus productores para poder presentarla a tiempo para los Oscar. El resultado sinceramente no acusa estas prisas, ni en su acabado, ni en su montaje, ni en la calidad de su música (aún con la salida del proyecto de Alberto Iglesias y la entrada del joven Nico Muhly).

La historia que cuenta “El lector” es de las que marcan una vida, en concreto la de Michael Berg (David Kross en su edad juvenil y Ralph Fiennes en su edad adulta), que con solo 15 años estableció una intensa relación sexual con una mujer que le doblaba la edad, Hannah Schmitz (Kate Winslet). No solo comparten sexo, Hannah siempre le pide a Michael que le lea; pero un día sin despedirse siquiera, Hannah desaparece para siempre… hasta que el destino vuelve a reunirles, cuando Michael es un joven estudiante de derecho y presencia un juicio en el que Hannah es acusada de la muerte de cientos de judios durante la Segunda Guerra Mundial. Michael conoce un secreto que Hannah se niega a confesar y que podría reducir su condena.
Esta aventura dura tan solo un verano pero su eco resuena durante toda la vida de Michael Berg, que a su pesar se ha convertido en alguien melancólico, reservado e infeliz. La primera parte del metraje recoge el intenso romance entre Hannah y un joven Michel, y la segunda tiene lugar durante los juicios por crímenes contra la humanidad a los que se enfrenta Hannah y como repercute eso en las vidas de Hannah y Michael hasta la actualidad. Ambas mitades están narradas con un gusto exquisito por Daldry.

Kate Winslet nos regala en cosa de dos meses otro papel inolvidable (que según dicen le reportará ese merecido Oscar que le ha rehuido en tantas ocasiones), Hannah es una mujer de dudosa moralidad (como demuestra seduciendo a un chiquillo), que termina convirtiéndose en un monstruo a ojos de todos, salvo para Michael. El film no la justifica, no explica su pasado, ni da respuestas al porqué de sus acciones. Tampoco sabemos porqué Michael nunca pudo superar esa aventura más allá de la tristeza de su mirada. David Kross supone una fresca revelación y a Ralph Fiennes es un placer volver a verle en un papel a la altura de su talento. Entre los secundarios caras tan conocidas como Bruno Ganz y Alexandra Maria Lara (que ya coincidieron en “El hundimiento”), y la añorada Lena Olin (“Havana”).

La exquisita música del joven Nico Muhly acompaña prácticamente todo el metraje (al igual que Philip Glass sobrecargaba musicalmente “Las horas” para nuestro disfrute), especialmente memorable en las travesías campestres de Michael y Hannah, también cuando Michael le envía lecturas de libros grabadas en cassettes.
“El lector” es una de las más perturbadoras historias de amor imposible que se han rodado últimamente, difícil de asimilar, difícil de olvidar. Lo dicho, un excelente filme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una crítica bastante objetiva para una película difícil de asimilar para muchos con sólo un visionado.
“The Reader” no sólo nos invita a reflexionar, sino que nos muestra otra perspectiva. El filme va mucho más lejos que el Holocausto, que las diferentes perspectivas que puedan plasmarse sobre este acontecimiento, o de la reflexión frente a nuestra sociedad y los recuerdos del pasado.
Es una historia sobre un amor imposible, de un hombre que se enamoró perdidamente de una mujer a quien no conocía del todo pero que, a pesar de los hechos y los sucesos que marcaron sus vidas, fue tal el impacto emocional que a pesar de los años no logra superarlo.
La película no es la historia sobre Schmitz, es la vida de Berg, y por lo tanto, se nos muestra a un sujeto que tras veinte años de autoenclaustramiento intenta sincerarse consigo mismo. Es como una catarsis, la madurez que nos alcanza a todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas y que nos da el impulso de apostar por una vida en armonía con uno mismo.
Es evidente que con todo lo sucedido entre ambos, Berg guarde algo de resentimiento hacia Schmitz, lo cual en ella causa un efecto devastador.
No se trata de perspectivas ni de justificar a las personas, recordemos que somos seres humanos, por lo tanto sentimos, amamos, nos equivocamos, tropezamos una o mil veces, pero lo grandioso de la vida es que todos tenemos el derecho de redimirnos y empezar de nuevo.
A pesar de la personalidad de Hannah, de su frialdad y ese carácter esquivo, ella amaba al Michael adolescente a su manera, y eso es algo que a veces nos es difícil reconocer en los demás. Para alguien que estuvo en prisión por veinte años, alejado de cualquier contacto físico, y con los fantasmas acechándole, el sentir de regreso esa indiferencia es demasiado, lo cual justifica la determinación de Hannah y termina derrumbando a Michael.
Debe contemplarse un detalle adicional: qué es lo que entendemos por justicia?, Schmitz era verdaderamente responsable o sólo un chivo expiatorio de toda una sociedad infame e hipócrita? Lo más impactante es el giro de la trama en pleno juicio, cuando el joven Berg entiende que en realidad Schmitz no es responsable directa pero que prefiere callar por muchas razones probables; porque sabe que todo está perdido, porque ella en sí no tiene nada que perder, nadie por quien luchar, por vergüenza de su condición, o por pensar que esta condición hubiera sido denigrante ante los demás.
No sabía leer!, un secreto de mucha mayor trascendencia y que podía conllevar a implicancias insospechadas en pleno juicio y que se convierte en el argumento más grande de la película para darle mayor sentido y carga dramática.
La inteligencia de Daldry para hilvanar la historia con suma elegancia siempre me ha sorprendido. Evidentemente cada quien ve las cosas bajo su propia perspectiva, y la genialidad de Daldry radica precisamente de hacer de sus obras verdaderos objetos de arte.
No creo que la intención de la película haya sido exculpar a Schmitz, el mensaje va dirigido hacia la sociedad en su conjunto, porque no se trata de encontrar responsables y castigarlos con severidad, sino que cada quien asuma la responsabilidad que le corresponde.
Interesante blog, interesante nota.
Saludos,

Kasker dijo...

Me alegro mucho de contar con haber contado con tu visita, John y espero q vuelvas a pasarte de vez en cuando. Me gusta el modo en el que analizas exhaustivamente un film... yo a falta aún de ver "Nixon contra Frost" creo q me decantaría por "El lector" como el film más justamente oscarizable a la mejor película. Por su argumento y por intensidad.

Un saludo.