domingo, 30 de mayo de 2010

WAYNE WANG: ALGUNAS LUCES Y MUCHAS SOMBRAS

Wayne Wang es un realizador hongkonés muy familiarizado con la cultura americana puesto que lleva más de 40 años allí instalado, desde que con 17 años emigrara con la idea de estudiar medicina cambiando a última hora sus planes para expecializarse en cine y televisión en la California College of Arts and Crafts de Oakland. Su corto de carrera, "A man, a woman and a killer" (1975) lo dirigió junto a Rick Schmidt, un realizador ultra-independiente cuya larga carrera nunca ha llegado hasta nuestras fronteras. En esos mismos parámetros de autosuficiencia, libertad e independencia debutó Wang con "Chan is missing" (1982), un film pionero en cuanto a producciones "bajo coste" que contó con un presupuesto de únicamente 27.000 dólares y con la multiplicación de funciones del propio Wang, director, guionista, productor y montador de la cinta rodada en 16 mm y en blanco y negro. Su siguiente film de juventud fue "Dim sum: A little bit of heart" (1985), mucho más amable y sensible que el anterior, en él se mostraban los empeños de una anciana enferma por casar a su hija siguiendo la tradicción china.

"Slam dance, sin vía de escape" (1987) fue en muchos países - entre ellos el nuestro - su carta de presentación, un extraño thriller más preocupado en resultar esteticamente rompedor que en presentar cierta coherencia, con un protagonista tan atípico como Tom Hulce, muy popular en su día por "Amadeus" y totalmente desaparecido en la actualidad. En "Cómete una taza de té" (1989) Wang vuelve a los apuntes costumbristas hablando de la situación de la comunidad China después de la II Guerra Mundial y logrando un acertado equilibrio entre comedia y drama. "El club de la buena estrella" (1993) era una adaptación de la famosa novela de Amy Tan y en él se reflejaban 50 años de historia de China y Estados Unidos a través de las esperanzas y frustraciones de un grupo de varias mujeres de una misma familia pero de dos generaciones bien diferentes.

"Smoke" (1995) y "Blue in the face" (1995) fueron el resultado de la colaboción de Wang con el escritor neoyorquino Paul Auster; "Smoke" era una inspirada disección sobre los problemas cotidianos con unos diálogos absolutamente soberbiosas, mientras que "Blue in the face" era un experimento fílmico - casi documental - hecho con mucho menos tiempo, dinero e interés. "La caja china" (1997) cierra su etapa más prestigiosa contándonos una historia de amor imposible enmarcada en el fin de la hegemonía del Imperio británico sobre China.

Después de la etapa de las luces, llega la de las sombras, con un puñado de films de encargo indignos de llevar la firma del director hongkonés y que hacen que muchos le consideren acabado como cineasta. "A cualquier otro lugar" (1999) es un drama familiar rodado en clave de road movie con una adolescente y su irresponsable madre como eje del poco interesante argumento. Tras el paréntesis que supuso "The center of the world" (2001), un film experimental rodado digitalmente y estrenado vía internet, llegó "Sucedió en Manhattan" (2002), una actualización del cuento de "La Cenicienta" rodada a mayor gloria de Jennifer López, que aún debe sonrojar a su artífice cada vez que alguien se la recuerda. "Mi mejor amigo" (2005) no mejoró precisamente las cosas, se trataba del típico film familiar con una niña solitaria y un perro huérfano por protagonistas. "Las últimas vacaciones" (2006) fue un comedia que pretendía ser vitalista y moralizante y que no convenció a nadie, empezando por el hecho de contar con una pareja con tan poca química como la formada por Queen Latifah y Gerard Depardieu que pretende tener su carga de moralina, y que por fortuna puso fin a tan decepcionante etapa artística.

"Mil años de oración" (2007) reconcilió a Wang no sólo con la crítica y con su público, sino también con su viejo colaborador Paul Auster, quien siendo presidente del jurado del Festival de San Sebastián le otorgó la Concha de Oro. Se trataba de la adaptación de un relato de Yiyun Li que tuvo su correspondiente complemento libre e independiente - algo así como "Blue in the face" fue para "Smoke" - con "La Princesa de Nebraska" (2007), cuya distribucción fue considerablemente menor pero que reforzaban la idea de que Wayne Wang podría darnos alguna otra alegría. Para empezar su siguiente film será "Snow flower and the secret fan", el primero que rueda en su país de origen, China, ambientado en el siglo XIX y con Hugh Jackman como absoluto protagonista.

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