miércoles, 5 de mayo de 2010

HOLLYWOOD A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Durante cerca de una semana me he visto inmerso en una época lejana y desconocida para mí en la cual la riqueza de nuestro paisaje unido a las asequibles condiciones económicas hizo posible que en nuestro país se dieran cita destacadas estrellas como Charlton Heston, Cary Grant, Sofia Loren, Ava Gardner, Sean Connery, John Wayne, Omar Shariff, Kirk Douglas, Yul Brynner, Julie Christie, Rita Hayworth o Clint Eastwood con cierta frecuencia. Gracias a las llamada "Runaway Productions" - films financiados con dinero americano pero rodados fuera de los Estados Unidos - se constituyó toda una poderosa industria especializada en España, con la consiguiente creación de numerosos estudios de interiores en Madrid, de los cuales únicamente sobrevive uno reconvertido en lo que ahora son los platós de Tele 5 en Fuencarral.

El libro en cuestión que me ha acercado a ese esplendoroso periodo comprendido entre mediados de los 50 y principios de los 70 se llama "El Hollywood español", publicado por T&B hace un año escaso y escrito en colaboración entre Miguel Losada y Victor Matellano, se trata de un interesante recorrido hecho de manera amena y detallada de como España se puso a la cabeza de Europa como espacio en el que situar las localizaciones y construir los mayores decorados nunca antes vistos, y de como con la llegada de la crisis durante los 70 los rodajes fueron espaciándose paulatinamente cuando los costes de producción dejaron de ser un chollo.

"Pandora y el Holandés errante" (1950) fue el primer film americano rodado en suelo español, una estatua de bronce de Ava Gardner en Tossa de Mar (Girona) agradece la inestimable promoción que el film dio al pequeño pueblo costero. "Alejandro el Magno" (1955) dio el pistoletazo de salida a lo que a grandes superproducciones se refiere, después llegarían "Orgullo y pasión" (1956), con unas multitudinarias contiendas entre el ejército español y las tropas napoleónicas rodadas en Hoyo de Manzanares; "Salomón y la Reina de Saba" (1958), que se quedó sin protagonista al fallecer Tyrone Power de un infarto en los madrileños estudios Sevilla Films y tuvo que ser sustituido por Yul Brynner; "Espartaco" (1959), sus escenas de batalla se rodaron en Colmenar Viejo, Alcalá de Henares y Aldea del Fresno; "Rey de Reyes" (1960), el primer proyecto ambicioso del productor Samuel Bronston; "El Cid" (1961), en la que puede contemplarse el castillo de Belmonte o las murallas de Peñíscola; "Lawrence de Arabia" (1962), la famosa explosión del tren se rodó cerca del cabo de Gata; "55 días en Pekín" (1963), la Ciudad Prohibibida se levantó con todo lujo de detalles en un descampado de Las Matas; "La caída del Imperio Romano" (1963), también en la sierra de Madrid se levantó el Foro Romano considerado el mayor decorado jamás construido, en su creación participaron más de 2.000 obreros; "Por un puñado de dólares" (1964), rodada integramente en Colmenar Viejo con un presupuesto tan ajustado que Clint Eastwood y Gian Maria Volonté tuvieron que compartir pensión en la calle Fuencarral, su éxito instauró un subgénero conocido como el spaghetti western; "El fabuloso mundo del circo" (1964), cuyo fracaso precipitó el fin de la era Bronston quien no volvió a poner en pie ningún nuevo proyecto; "Doctor Zhivago" (1965), en el madrileño barrio de Canillas se levantaron impresionantes edificios de la Rusia Imperial; "Campanadas a medianoche" (1965), fijó su rodaje en Avila y... en un hangar de Carabanchel; "Hasta que llegó su hora" (1968), rentabilizó los míticos poblados del Far West que aún persisten en el desierto de Tabernas; y por último "Patton" (1970) y "Cromwell" (1970) tuvieron que simultanear rodajes en la sierra de Urbasa (Navarra).

Desde entonces los rodajes han sido menos numerosos pero igual de curiosos en cuanto a localizaciones se refiere, a saber: en "Papillon" (1973) Fuenterrabía (San Sebastián) simulaba ser Hendaya; en "Los tres mosqueteros" (1973) los jardines y palacios del Escorial y la Granja pasaban por los de Versalles; los campamentos bereberes de "El viento y el león" (1976) se levantaron en Matalascañas, a la vez que el Hotel Palace se acondicionó para dar el pego como la Casa Blanca y Boca del Asno (Segovia) como el Parque de Yellowstone; en la "Cuba" (1979) pre-revolucionaria que retrató Richard Lester utilizó localizaciones de Cádiz, Málaga y Granada; la forja de la espada en "Conan el bárbaro" (1981) se rodó en Navacerrada, el asesinato de sus padres en Valsain, las escenas de la bruja en la Ciudad Encantada de Cuenca y algún interior en una nave industrial de Fuenlabrada; Steven Spielberg recreó Indochina en las marismas del Guadalquivir para "El imperio del sol" (1987); y por último dos iconos del cine de acción como Indiana Jones y James Bond también pisaron suelo español, "Indiana Jones y la última cruzada" (1989) se rodó su climax final con el tanque en el desierto de Tabernas (Almeria) y "Muere otro día" (2002), la espectacular salida en bikini de Halle Berry se rodó en la playa de la Caleta (Cádiz). Luego vendrían Ridley Scott, Milos Forman, Jim Jarmusch, Steven Soderbergh o Woody Allen, pero eso está demasiado reciente en nuestra memoria.

No os dejéis engañar por una portada que incita al aburrimiento porque dentro de sus páginas encontrarás mil y una anécdota sorprendente. Muy recomendable.

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