lunes, 10 de agosto de 2009

PELÍCULAS PARA UNA TARDE DE DOMINGO (III)

ESCONDIDOS EN BRUJAS

Atípico y sorprendente thriller, tan curioso como el lugar elegido para su rodaje. Nunca antes se habría imaginado que un film sobre asesinos a sueldo transcurriera por completo en una ciudad con un marco tan romántico como el que posee la ciudad de Brujas. Se trata de la ciudada medieval mejor conservada de toda Europa, la llamada "Venecia del Norte" o "La ciudad de la luz" puede fascinar con la misma rapidez que causar sopor, o al menos esto es lo que pensó el director de "Escondidos en Brujas" cuando la visitó por vez primera. El dramaturgo Martin McDonagh decidió plasmar en un papel esas sensaciones tan contradictorias, y de toda esa confusión nacieron los personajes de Ray y Ken.


Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson) no pueden ser más diferentes, Ray es un "eliminador" joven, impulsivo, seductor que vive atormentado por un incidente que se produjo durante uno de sus "encargos"; por el contrario Ken es la definición de veterania, profesionalidad y saber estar. Ambos pasan unos días de relax en esa ciudad de cuento de hadas que es Brujas a espera de recibir noticias de su jefe, Harry (Ralph Fiennes). Ken disfruta de la ciudad, Ray la detesta, pronto ambos descubrirán que sí están allí no es para relajarse, hay un asunto pendiente muy concreto.


Brendan Gleeson había trabajado con anterioridad en un corto de McDonagh, titulado "Six shooter" (2004) y ahora ha decidido apoyarle en su debút en el cine; "Escondidos en Brujas" termina convertida en un soplo de aíre fresco, que se aleja premeditadamente de films como "Crimen desorganizado" o "Lock & stock" presentando situaciones extravagantess que bordean el ridículo pero que salen indemnes. Por sus imagenes se pasean asesinos a sueldo con corazón, hombres menudos con tendencias suicidas, punks poco intimidadores, un jefe enrrabietado buscando venganza, rayas d coca .... y muchas salidas de tono.

La participación de Fiennes casi se reduce a la de una aparición especial, su aparición divide el film en dos partes claramente identificables, el tono contemplativo que parece sacado de un documental sobre Brujas y el tono más espídico de su recta final. Fue la sorpresa del verano pasado, le hizo a Colin Farrell merecedor del Globo de oro y es una apuesta segura para pasar una tarde de domingo sin muchas complicaciones, con una sonrisa en los labios, a poder ser.

PD: El film original tenía planeado ser mucho más bestia y se quedaron algunas escenas inenarrables en la sala de montaje, es de obligada visión recuperar estas escenas eliminadas que se encuentran entre la variada oferta de extras que ofrece la edición en DVD de este film.

No hay comentarios: