martes, 27 de octubre de 2009

Malditos bastardos

Quentin Tarantino desde primeros de los 90 es un valor seguro, director, productor y hasta actor ocasional cuando se tercia. Su cine está lleno de referencias (el Film Noir, la serie B, el manga, el spaguetti western, etc) sacadas de las toneladas de cine que consumió cuando trabajaba en un videoclub. Es un cineasta que conecta con asombrosa facilidad con el público joven y cuyos films recaudan cada vez más dinero.

Como director no se ha prodigado en exceso, en diecisiete años ha rodado 4 films, “Reservoir dogs” (1992), “Pulp fiction” (1994), “Jackie Brown” (1997) y “Kill Bill” (2003 y 2004) - estrenada en dos partes no porque su metraje fuera desmesurado sino para rentabilizar por partida doble el film -; 2 segmentos para films corales, “Four rooms” (1995) y “Grindhouse” (2007), para el que rodó “Death proof” – que en nuestro país se estreno de forman independiente, nuevamente para exprimir más un negocio no todo lo lucrativo que se auguraba, al menos en el mercado USA -; y un par de episodios para series americanas de éxito, “Urgencias” (1995) y “CSI” (2005).
Ahora en tiempo record nos llega un importante giro en su carrera, “Malditos bastardos”, que con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo nos presenta otra historia repleta de personajes extremos, dialogos ingeniosos (que mezclan lo chispeante con lo cotidiano) y secuencias altamente violentas (aunque sin alcanzar las cotas de hemoglobina de otros films anteriores).

“Malditos bastardos” se abre con un portentoso prólogo de 20 minutos en el que se nos presenta al personaje más fascinante que curiosamente es el villano de la función, el Coronel Hans Landa (encarnado magistralmente por Christoph Waltz). Tras una conversación intrascendente se produce un giro que congela la sangre. Uno de los pocos exteriores con los que cuenta el film y una música que parece un híbrido entre Morricone y Beethoven sirven de inicio a un prologo que es un ejemplo de planificación y que logra la más alta cota que llega a alcanzar el film.

El nuevo y sorprendente film de Tarantino se trata de un homenaje (tan libre que apenas queda nada del original) al film italiano de serie B “Aquel maldito tren blindado” (1978), dirigido por Enzo G. Castellari y con Fred Williamson y Bo Svenson como protagonistas, los cuales realizan aquí el cameo de rigor. A pesar del título los “malditos bastardos” que dan caza a los Nazis arrancándolos la cabellera (como sí fueran indios) tienen un peso menor en un film lleno de personajes (que entran y salen en los sucesivos capítulos), y en el que no hay ningún claro protagonista (ni siquiera Brad Pitt lo es). En esta historia de venganza Tarantino parece querer hacer justicia histórica a su particular modo.
El austriaco Christoph Waltz les roba el film a todos, incluso a un Brad Pitt que aunque se esfuerce no supera la mera correción, y las presencias femeninas del film, Diane Kruger y Mélanie Laurent – su personaje en concreto es la columna vertebral del film - son arrebatadoras. También destacan las aportaciones de Til Schweiger, Daniel Brühl y de un sorprendente Eli Roth (director de “Hostel” y “Hostel 2”) que encarna al temido bateador de craneos nazis, apodado como “El oso judío”.

El film supone una lección de madurez de Tarantino pero sin perder su reconocibles constantes, el dialogo prima sobre la acción, desmesurada a ratos, impactante en otros. Tarantino siempre logra salir de un fragmento lánguido con un inesperado golpe de efecto que no solo descoloca, sino que también mejora considerablemente el conjunto.
Aún con sus insinuaciones “Malditos bastardos” no es ni de lejos la obra maestra de Tarantino, tendremos aún que esperar para que firme un film de la entidad de “Pulp fiction” (su obra maestra para quien esto firma) por muy controvertida que fuera en su día, por mucha polvareda que levantara su Palma de Oro en Cannes, un premio atrevido y merecido. “Malditos bastardos” sin embargo no aspira a ser tomada muy en serio aunque como divertimento es una excelente elección.

2 comentarios:

Un solitario con pipa y copa de coñac dijo...

A mí me encantó! Es cierto que no se acerca a la genialidad de pulp fiction, pero por ejemplo, me entretuvo y gustó más que kill bill (por mucha conversación friki genialísima que mantuviera el difunto Carradine o por muchos guiños al gore, artes marciales y spaguettiwestern que hiciera).

Kasker dijo...

Entiendeme, a mí también me gustó... pero no me pareció redonda, aunque como tú bien dices probablemente sea su mejor film desde "Pulp fiction", aunque he leído que muchos críticos opinan todo lo contrario. En las pelis de Tarantino hay muchos momentos en los q te preguntas pq motivo está metiendo una conversación tan larga e intrascendente q no conduce a nada, siempre hizo lo mismo pero al menos antes te partías el culo, ese impagable debate del significado de la canción "Like a virgin" de Madonna o sobre la costumbre de dejar propinas en "Reservoir dogs",y como olvidarnos de ese comprometedor masajeo de pies q traía de cabeza a los personajes de Travolta y L. Jackson en "Pulp fiction".
Con Tarantino me pasa algo curioso, aunque termina casi siempre convenciéndome, casi siempre en algún momento del film se me pasa por la cabeaza un pensamiento: "¿pero qué mierda estoy viendo?".
¿A q coño venía esa interminable conversación de mujeres en "Death proof"?, ¿Y pq "Jackie Brown" a pesar de gustarme siempre se me hace tan pesada?.

Un saludo, Solitario.