domingo, 21 de junio de 2009

LA OTRA CARA DEL ÉXITO (VIII)

GIG YOUNG
Byron Elsworth Barr
St. Cloud, Minnesota (USA), el 4 de noviembre de 1913
New York City, Nueva York (USA), el 19 de octubre de 1978


Sus primeras figuraciones en el cine las realizó bajo su verdadero nombre, Byron Barr, pero tras protagonizar “The Gay sisters” (1942) adoptó como nombre artístico el de su personaje en dicho film, Gig Young. Su recién iniciada carrera se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial en la que sirvió en los Guardacostas, regresando a la gran pantalla 4 años después con “Nunca huyas de mí” (1947), un film al servicio de Errol Flynn. Tras fugaces contratos con la Warner y con Columbia, Gig consiguió uno de sus papeles más importantes, el de Porthos en “Los tres mosqueteros” (1948), sin embargo el papel que más alegrías le dio fue el de “Come fill the cup” (1951), por la que fue nominado a un Oscar al mejor actor secundario por su magistral interpretación de un alcohólico, personaje prototípico en su carrera que terminaría por institucionalizar.
Con la llegada de la televisión sus apariciones cinematográficas se fueron espaciando y eran en calidad de secundario de lujo: “Siempre tú y yo” (1954), “Horas desesperadas” (1955), “Su otra esposa” (1957) o “Enséñame a querer” (1958), por la que nuevamente fue nominado al Oscar como actor de reparto.
Secundar a Elvis Presley en “Kid Galahad” (1962) y hacer películas con tan poca entidad como “Un abismo entre los dos” (1962), “Tres herederas” (1965), “Habitación para dos” (1965) o “¿Por qué lloras, Susan?” (1967) no le hicieron sospechar que la vida aún le tuviera preparada una última sorpresa: el personaje de Rocky, el alcohólico maestro de ceremonias del maratón de baile de “Danzad, danzad, malditos” (1969) por el que finalmente mereció el Oscar.
Inmerso por completo en el alcoholismo - sufría deliriums tremens - se ganó una leyenda negra como actor problemático siendo expulsado por Mel Brooks en el primer día de rodaje de “Sillas de montar calientes” (1974) y perdiendo el papel de Charlie de “Los ángeles de Charlie” (1976) por su incapacidad para recitar ni una sola línea del guión. Sus últimos trabajos con un poco de dignidad serían a las ordenes de Sam Peckinpah en “Quiero la cabeza de Alfredo García” (1974) y “Los aristócratas del crimen” (1975), poniendo punto final a su filmografía con “Juego con la muerte” (1978), un film que quedó inconcluso tras la inesperada muerte de Bruce Lee y que se terminó cutremente con la ayuda de varios y evidentes dobles del actor.
Precisamente en el plató de este film conocería a la que sería por poco tiempo su quinta mujer, Kim Schmidt tenía 31 años y era la ayudante de producción del film. Se casaron el 27 de septiembre de 1978 y tan sólo tres semanas después de la boda Gig mató a su joven esposa y después se suicidó. Se descubrió entonces que estaba en tratamiento psiquiátrico y que se había bebido todo el dinero que poseía. A su única hija Jennifer le correspondió una herencia de 10 dólares.

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