miércoles, 13 de mayo de 2009

LA OTRA CARA DEL ÉXITO (III)


PHIL HARTMAN
Brantford, Ontario (Canadá), el 24 de septiembre de 1948
Encino, California (USA), el 28 de mayo de 1998

Era un absoluto desconocido antes de que los productores del “Saturday Night Live” – la mayor cantera de cómicos americana de los últimos 35 años en la que se dieron a conocer entre otros muchos John Belushi, Dan Aykroyd, Bill Murray, Chevy Chase, Billy Crystal, Andy Kaufman, Steve Martin, Martin Short, Eddie Murphy, Adam Sandler, Ben Stiller, Will Ferrell, Mike Myers, Rob Schneider o Steve Carell – decidiera contratarle, allí permaneció la friolera de 9 temporadas (1985-1994) y se hizo popular por sus imitaciones y por sus salidas de tono. Esta popularidad en ciernes le facilitó apariciones episódicas en series como “Magnum”, “Nido vacío” y “Parker Lewis nunca pierde”, y papeles muy secundarios en comedias como “Cita a ciegas”, “Tres amigos”, “Jumpin’ Jack Flash”, “Amazonas en la luna”, “Los caraconos” y “Los codiciosos”, junto a un mito viviente del cine como Kirk Douglas.
Abandonó el famoso programa de humor para encargarse de un papel fijo en la sitcom “NewsRadio” en la que encarnó durante cuatro temporadas al locutor Bill McNeal. La última temporada de la serie de situación tendría que prescindir de él por caprichos del destino.
Con mucho rodaje en el campo del doblaje tuvo una participación más que destacable en “Los Simpson”, en la que se hizo cargo de varios de sus personajes y su aparición en pantalla ganó en importancia en sus últimos trabajos: “Sargento Bilko” (junto a Steve Martin), “Un padre en apuros” (junto a Arnold Schwarzenegger) y “Pequeños guerreros”.
La popularidad creciente de Hartman se contradecía con una vida personal marcada por el fracaso de sus matrimonios, casado en terceras nupcias con Brynn Omdahl – 10 años más joven que él – que le dio sus dos únicos hijos. Brynn era una mujer celosa que sufría depresiones desde hacía tiempo, tras una acalorada discusión, una Brynn atiborrada de antidepresivos le voló de un tiro a bocajarro la cabeza a Phil mientras éste dormía. Cuando la policía llegaba a la escena del crimen y aprovechando la confusión del momento, Brynn se suicidó del mismo modo. El vecindario y sus más estrechas amistades siempre vieron a Phil y Brynn como un ejemplo palpable de felicidad y sensatez.

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