sábado, 27 de diciembre de 2008

El intercambio

Resulta estimulante que en una época en la que la imaginación de los guionistas no va más allá de las secuelas, precuelas, remakes, revisiones y adaptaciones de series o videojuegos que llegan semanalmente a la cartelera, alguien como J. Michael Straczynski tenga la curiosidad y el acierto de mirar en las hemerotecas para recuperarnos un trágico suceso que tuvo lugar a finales de los años 20 y que al parecer casi nadie recordaba. Straczynski, un discreto guionista televisivo que ha trabajado para series como “Babylon 5”, “Crusade” o “Jeremiah”, se documentó ampliamente sobre los crímenes de Wineville - accediendo incluso a los testimonios expresados durante las vistas del juicio - y más concretamente sobre el caso de Christine Collins; el resultado de su detectivesca labor fue “Changeling” (termino con el que se denomina cuando un niño ha sido suplantado por otro intencionadamente), el guión con el que ha subido cuantitativamente su cotización en el mercado de valores de Hollywood.
El director Ron Howard se apresuró a comprar los derechos de adaptación sobre el mismo, con la intención de dirigirlo, pero su apretada agenda - “Frost contra Nixon” y “Angeles y demonios” - le hizo desistir de su empeño; entonces decidió pasar el testigo a Clint Eastwood, reservándose un papel como productor (junto a Eastwood y Brian Grazer) en el proyecto que empezó a cobrar forma con la inmediata aceptación de Eastwood. Con “el intercambio” de directores pienso que todos hemos salido beneficiados, Howard es un director mucho más irregular (“Un horizonte muy lejano”, “Rescate”, “EdTV”, “El Grinch”, “Desapariciones” y “El codigo Da Vinci”), a pesar de indudables aciertos (“Dulce hogar, ¡a veces!”, “Apolo 13”, Una mente maravillosa” y “Cinderella man”).

Tras considerar a Hilary Swank, Eastwood se decantó - en contra de las voces críticas - por Angelina Jolie por el simple hecho de que al ser madre entendería mucho mejor el drama vivido por Christine Collins: una madre soltera que en 1928 sufrió la misteriosa desaparición de su único hijo, tras una ardua búsqueda la policía de Los Ángeles 5 meses después le comunicó que habían encontrado con vida a su hijo, pero en realidad no se trataba de él. La corrupta policía acusó a Christine de sufrir un trastorno post-traumático y la ingresó en un sanatorio para no reconocer su error y verse inmersos en medio de una polémica. Christine tan solo contó con el apoyo del Reverendo Gustav Briegleb, pastor presbiteriano con poder mediático que llevaba una cruzada personal contra la corrupción y el abuso de poder de la policía. Un macabro hallazgo destapado por el detective Ybarra conectará el solitario drama de Christine con los crímenes del gallinero de Wineville, que conmocionaron a la sociedad de la época.

Angelina ya ha recibido una nominación a los Globo de oro y seguramente entrará en la terna final por el Oscar, y aunque su interpretación es muy esforzada no dejo de pensar que con otra actriz mucho menos llamativa y comercial la historia habría ganado en autenticidad y realismo; y es que los labios de la Jolie pintados de un rojo tan intenso distraen de una acción por otra parte repleta de personajes.
John Malkovich - felizmente recuperado recientemente en “Quemar después de leer” y con el que Eastwood compartió celuloide en “En la línea de fuego” - fue el elegido para interpretar al Reverendo Briegleb; aunque su participación es secundaria, su presencia es impagable.
El resto del elenco se trata de actores desconocidos, caras nuevas muy bien seleccionadas sacadas de esa gran cantera que es la televisión; Ellen Chenoweth, la encargada del casting, encontró potencial en series como “Ley y orden”: Jeffrey Donovan (“Touching evil” y “Crossing Jordan”) encarna como si de un clon de Guy Pearce se tratase al inmoral Capitán J.J. Jones; Colm Feore (“24”) como el intocable Jefe de la policía de Los Angeles; Michael Nelly (“Los Soprano”) como el detective Ybarra, una de las pocas personas decentes en todo el cuerpo de policía; Geoff Pierson (“24” y “Dexter”) como S.S. Hahn, el abogado especializado en litigios polémicos y exitosos; Jason Butler Harner (“Ley y orden” y “The closer”) como Gordon Northcott, personaje clave en la trama y del que conviene no desvelar nada y Amy Ryan (nominada al Oscar el año pasada por “Adios, pequeña, adios”) en un breve papel interpreta a Carol Dexter, la prostituta de gran corazón que ayuda a Christine en su paso por el manicomio.

En la apertura y el cierre del film se ve una panorámica de la ciudad de Los Angeles con las líneas de tranvía que desaparecieron en los años 50, recreada sutilmente por ordenador, y acompañada por la partitura del propio Eastwood, que brilla en su primera parte para pasar totalmente desapercibida en la segunda; es ya la quinta banda sonora que firma.
Eastwood siempre deja muy claro quien es bueno y quien es malo, sus detractores le echan en cara esa tendencia por los personajes de trazo grueso, en vez de hacerlos más poliédricos (más humanos en definitiva); en “El intercambio” quien va en contra de Christine no tiene atisbos de duda ni presenta la menor humanidad, son la maldad personificada (el capitán, el jefe de la policía, los doctores y las enfermeras del sanatorio, etc). Aparte del discutido protagonismo de la Jolie, este sería uno de los pocos peros que se le pueden sacar a este estupendo film, que aunque no alcance la categoría de obra maestra vuelve a demostrar que para Eastwood contar cualquier historia (por compleja que sea) parece cosa de coser y cantar; además consiguiendo siempre emocionarnos sin que decaiga el interés de su largo metraje.
En esta lucha del individuo contra el sistema Clint Eastwood vuelve a ocupar con comodidad una posición que desde hace unos años a esta parte ocupa, el de ser el último cineasta clásico, para muchos (entre los que me incluyo) una posición merecida, para otros no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aprendi mucho