viernes, 26 de diciembre de 2008

KIRK DOUGLAS DIXIT

Después de terminar de leer "El hijo del trapero", me ha quedado muy claro que Issur Danielovitch (Kirk Douglas para los amigos) es uno de los últimos testimonios vivos que quedan del Hollywood clásico, además de ser un mujeriego empedernido y un nada respetuoso caballero a la hora de contar sus conquistas. Kirk con fama de actor conflictivo demuestra no tener pelos en la lengua a la hora de recordar a sus contemporaneos y ser un autentico "fucker" en cuestiones amorosas. Cuando escribió su biografía en 1988 decía que debía darse prisa porque no le quedaba mucho tiempo; han pasado 20 años desde entonces. Asi era el Star system a ojos del longevo Kirk (¡92 años ya!):

KARL MALDEN
“Me sentí muy complacido cuando mi hijo Michael hizo su primera serie televisiva, “Las calles de San Francisco”, trabajando con él. Y Michael reconoce que aprendió muchísimo trabajando con Karl Malden”.
LAUREN BACALL
“Una cálida noche primaveral, en un tejado de Greenwich Villace, intenté seducirla. Sin el menor éxito. En lo que a mí respecta, Lauren Bacall nunca se equivoca”.
JOHN BARRYMORE
“El gran John Barrymore estaba actuando en “My dear children”, en el ocaso de su carrera. Sus aventuras de borracho fuera del escenario eran la comidilla escandalosa de los periódicos. Se había convertido en una parodia de sí mismo. Pero yo quería verle interpretar.
Me sorprendió ver lo bajo que era Barrymore. Pero a medida que se desarrollaba la obra se transformó en un gigante, en un gran actor capaz de expresar su talento a voluntad. Junto a él actuaba Joan Barry, su joven y flamante esposa. En medio de una escena dramática, un alborotador comenzó a fastidiarla. Barrymore interrumpió su parlamento, bajó a las candilejas, levantó su famosa ceja y miró colérico al grosero de turno.
- ¡Cierra el pico, borrachín hijo de puta! ¡O sube al escenario!
- El otro clavó la vista en el vacío, boquiabierto. El gran actor lo liquidó:
- Ahora te has quedado callado. ¡Sigue así!.
MAE WEST
Concerté una entrevista con Mae West, que pensaba montar una obra con seis hombres. Cuando llegué a su apartamento, un pequeñajo remilgado me hizo pasar a una sala tenuemente iluminada, me ofreció asiento y desapareció. Estuve solo durante un buen rato. Finalmente oí un frufrú y vi entrar a Mae West – cincuenta y dos años y demasiado maquillada – con un largo salto de cama negro que barría el suelo a sus espaldas. Por delante era muy escotado y tenía los blancos senos estrujados casia hasta el mentón. Me miró de arriba abajo y me hizo unas cuantas preguntas con una voz que sonaba como una caricatura de sí misma. Enseguida se marchó. El hombrecillo – supongo que era su secretario – reapareció y con tono melindroso me dijo que podía retirarme. No volví a tener noticias de ella. Evidentemente, no era su tipo”.
MARLON BRANDO
“Solicité una de los papeles de la obra “Trackline Café”. No me lo dieron. Amargado, fui a ver la obra y observé cómo otro actor encarnaba el personaje. Me encantaron los dos primeros actos. Su actuación era pésima. El hombre musitaba y no se oía lo que decía. Me felicité, pensando que yo lo habría hecho mucho mejor. Imprevistamente, en el tercer acto, el hombre entró en erupción, electrizando al público. “¡Santo cielo, es estupendo!”, pensé, y busqué su nombre en el programa: Marlos Brando”.
BARBARA STANWYCK
Los miembros del equipo la adoraban. Le llamaban “Missy”; cuando llegaba al plató, abrazaba a uno por uno, le hacía preguntas sobre su mujer y sus hijos, conocía sus nombres. Era una profesional, siempre estaba preparada: una excelente actriz. Pero conmigo se mostraba indiferente. Semanas después notó mi presencia. Me miro y por primera vez hizo contacto visual.
- Eh, lo haces muy bien – me dijo.
- Demasiado tarde, Miss Stanwyck – repliqué. No creo que supiera que quise decir.
ROBERT MITCHUM
“No es mucho lo que recuerdo de él, excepto que sus relatos como vagabundo cambiaban cada vez que los contaba”.
BURT LANCASTER
“Burt venía de Hell’s Kitchen, un duro vecindario del West Side de Nueva York. Su primera película había sido “Forajidos”, de Mark Hellinger. Su trabajo en ella fue sobresaliente. En “I walk alone” interpretábamos a unos amigos que se transforman en enemigos. Entonces Burt y yo nos llevábamos como ahora: discutíamos, peleábamos, charlábamos, nos reconciliábamos”.
LINDA DARNELL
“Linda parecía una Mata Hari, pero de hecho sólo era una chica encantadora de Dallas, desconcertada por Hollywood. Subió rápido y cayó más rápido todavía. Después de tres divorcios, murió quemada en el incendio de la casa de su secretaria. Tenía cuarenta y dos años”.
JOHN TRAVOLTA
“Travolta tuvo una experiencia devastadora. Sus dos primeras películas fueron exitazos estruendosos, y la tercera un fracaso total. Lo aniquilaron”.
JOAN CRAWFORD
“Durante la cena se mostró encantadora y muy atenta. Volvimos a su casa. No pasamos del vestíbulo. Se cerró la puerta y ella se quitó el vestido. Tenía un cuerpo hermoso, esbelto y elegante. Nos echamos sobre la alfombra. Mientras hacíamos el amor, murmuró:
- Eres muy limpito. Es admirable que te hayas afeitado los sobacos para hacer “El ídolo de barro”.
Palabras dignas de poner fin a cualquier conversación. Ni siquiera entendí lo que quería decir”.
RITA HAYWORTH
“Rita era hermosa, pero muy simple, nada sofisticada. Solía decir: “Los hombres se acuestan con Gilda, pero despiertan conmigo”. Yo percibía en su interior algo que me resultaba insoportable – soledad, tristeza - , algo que me deprimía. Tenía que alejarme de ella”.
PATRICIA NEAL
“Era elegante, inteligente, bella. Me gustaba mucho. Yo le gustaba. Pero estaba perdidamente enamorada de Gary Cooper. Creo que se acercó a mí con el intento de independizarse de él. Pero no pudo. A veces cuando nos poníamos cariñosos, lloraba. Se sentía infiel a Cooper”.
GARY COOPER
“Nunca trabajé con Cooper, pero nos encontramos algunas veces en fiestas. Nunca dijo mucho”.
GENE TIERNEY
“Era bellamente dentuda. Un encanto. La adoraba. Intercambiábamos regalos. Fue una relación deliciosa. Aunque ella tenía algunas costumbres extrañas. Como una niña traviesa, insistía en que cuando fuera a verla por la noche no tocara el timbre. Dejaba abierta la ventana de su dormitorio y yo trepaba. No estaba casada, no vivía con nadie, pero si a ella le gustaban las cosas así, a mí ya me iban bien. De todos modos, la ventana no era muy alta. Tal vez para ella fuese un afrodisíaco. Nunca lo cuestioné. Lo mío no era cuestionar sino trepar por esa ventana”.
BILLY WILDER
“Es un director brillante, un escritor lúcido y un prolífico narrador de anécdotas. Siempre contaba cosas sorprendentes. En broma, solía decir verdades como puños”.
RAOUL WALSH
“Los críticos suelen decir que las películas de Raoul Walsh tienen mucho ritmo. Y lo tienen porque él siempre se da prisa para terminarlas. A Walsh le encantaba la violencia. Un día me repugnó ver como se excitaba casi hasta el orgasmo viendo una toma peligrosa en la que un especialista estuvo a punto de morir”.
AVA GARDNER
“La consideraba una campesina maravillosa que tenía la desgracia de ser excesivamente hermosa”.
MARLENE DIETRICH
“A veces venía a casa, preparaba sopa, me mimaba. Sexo afectuoso. Pero el sexo era menos importante que sus cuidados maternales, su proximidad. Marlene es una persona poco común. Parecía quererte mucho si no estabas bien. En cuanto te ponías fuerte y sano, te quería menos”.
PIER ANGELI
“Yo estaba loco por ella. Me enamoré mientras se columpiaba en el trapecio. Parecía una cría que siempre reía. A mis ojos era una criatura angelical. Nuestro romance comenzó a nueve metros del suelo”.
LANA TURNER
“Yo estaba dispuesto, pero ella estaba liada con Fernando Lamas, un hombre terriblemente celoso. Siempre estaba cerca. No pasó nada”.
WALTER MATTHAU
“Es un actor estupendo, pero aún no estaba acostumbrado a trabajar para el cine, donde las cosas se hacen fragmentadas y poco a poco. Tituaba antes de decir su parlamento. Le pedí que eliminara esa costumbre, porque así nunca lograríamos empalmar el celuloide. Se puso furioso conmigo”.
JEANNE MOREAU
“Exudaba sexualidad por todos los poros sin proponérselo. ¡Era tan sensual!. Raoul Levy, un productor parisino, se suicidó por ella”.
STANLEY KUBRICK
“Guardo una copia del espantoso guión de “Senderos de gloria”, que escribió para que la película fuera más comercial. Si hubieramos llevado ese guión a la pantalla, Stanley todavía viviría en un apartamento de Brooklyn y no en un castillo de Inglaterra. Todo esto demuestra que no es necesario ser una buena persona para tener un gran talento. Puedes ser una mierda y tener talento; inversamente, puedes ser la mejor persona del mundo y no tener ninguno. Stanley Kubrick es una mierda con talento.
JOHN WAYNE
“Aunque emocionalmente no estábamos muy próximos y políticamente nos encontrábamos en las antípodas, varias veces me pidió que trabajara con él. Eramos dos personas muy distintas, pero nos respetábamos mutuamente”.
ELIA KAZAN
“Amaba a los actores y hacía cualquier cosa con tal de seducirlos para extraer de ellos una actuación magistral. Hay muy pocos directores así”.
FAYE DUNAWAY
“Era una chica muy natural, de gran talento. Me atraía muchísimo, pero ella estaba perdídamente enamorada de Marcello Mastroianni”.
JACK NICHOLSON
“Interpretó mi papel, McMurphy… brillantemente, maldito sea. Pero muy distinto a como yo lo habría hecho. Él interpretó a un lunático. Para mí, McMurphy era un artista astuto y encantador, que se encuentra comprometido con una institución para enfermos mentales. Los demás enfermos estaban allí voluntariamente, pero a McMurphy lo habían internado”.
SYLVESTER STALLONE
“Stallone hizo la película que quería, yo no actué en ella. Richard Crenna interpretó al coronel Trautman. ¿Cuál era la manzana de la discordia entre Stallone y yo?. Simplemente que a mí me parecía mejor, dramáticamente, que mi personaje comprendiera que había creado a un Frankenstein, a un asesino amoral que era una amenaza para la sociedad y matara a Stallone. Si me hubiesen escuchado, no habría habido Rambos. Habrían perdido mil millones de dólares, pero habría sido lo que corresponde”.
BRUCE DERN
“Siempre he admirado al actor que hay en Bruce. Pensé que quizás ésa sería la película que lo lanzaría al estrellato. No fue así. Más adelante comprendí que siempre sería un actor de carácter, porque él mismo se creía como tal”.

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