martes, 27 de mayo de 2008

SYDNEY POLLACK: EN LA VIDA (COMO EN SU CINE) NO EXISTEN LOS FINALES FELICES


De la risa más exultante pasamos al más amargo llanto, la carcajada se queda atrapada en un nudo en el estómago, la felicidad plena siempre queda en entredicho y se abre una vez más el profundo debate interno: “¡Son cosas de la vida!, ¡no trates de entenderlo!”. La vida por desgracia no es como el cine, no existen los finales felices.
Hace dos meses nos dejó el pupilo y ahora lo hace el maestro, el mundo del cine está de luto por la desaparición de una estrella más en su firmamento, poco a poco nos quedaremos a oscuras.

Sydney Pollack ha muerto con 73 años dejándonos un legado que para muchos empieza y acaba con “Memorias de Africa”, pero en 5 décadas de carrera ha habido espacio para mucho más.
Surgido de la televisión (“La hora de Alfred Hitchcok”, “El fugitivo”), tuvo la oportunidad de dar el salto al cine y lo aprovechó debutando con “La vida vale más” (1965), una olvidada y olvidable película protagonizada por Sidney Portier. Conseguiría más notoriedad con “Propiedad condenada” (1966), primera colaboración con el que sería su actor fetiche, Robert Redford (con el que trabajó en 7 ocasiones).
Tocó el western (“El camino de la venganza” y “Las aventuras de Jeremiah Johnson”), el cine bélico (“La fortaleza”), el político (“Los tres días del cóndor”, “Ausencia de malicia”, “La tapadera” y “La intérprete”), el ecologista (“El jinete eléctrico”), la comedia (“Tootsie” y “Sabrina y sus amores”), el drama más pesimista (“Danzad, danzad, malditos”), habló incluso de la mafia rusa (“Yakuza”), y tuvo debilidad por las historias de amor imposibles (“Tal como éramos”, “Un instante, una vida” y “Caprichos del destino”), algunas enmarcadas en lugares exóticas (“Memorias de África” y “Habana”). Su primer y único documental terminó siendo su legado artístico, “Sketches of Frank Gehry” (2005), en el que hacía una oda al arte y a la arquitectura.

Como productor fue mucho más prolífico (“Los fabulosos Baker Boys”, “Sentido y sensibilidad”, “Iris”, “El americano impasible”, “El talento de Mr. Ripley”, “Cold mountain” o “Breaking and entering”); aunque su verdadera pasión era la interpretación como demostró en “El juego de Hollywood”, “Maridos y mujeres”, “Acción civil”, “Eyes wide shut”, “Al límite de la verdad”, “Michael Clayton” y “La boda de mi novia”, que se estrena esta semana y por desgracia constituirá un poco honroso fin a su filmografía como actor.

Muchos le acusarán de no contar con un estilo muy propio, y con no llegar a convertirse nunca en un autor, pero supo como pocos manipular las emociones. Llamadme sentimental, pero se me seguirá poniendo la carne de gallina (una y mil veces) cuando vuelva a ver una avioneta amarilla surcando los cielos de África con la inolvidable música de John Barry como letal compañía. Imágenes como esas se funden en la retina para siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"...Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia"...
Sydney Pollack, como todos... tuvo sus momentos (grandes momentos) eso hay que admitirlo.
Y cambiando de tema. Felicidades por tu cumple. Q por lo visto ha sido hoy no? (según me han dicho). Pues eso... pasalo bien si te dejan.
Cuidate figura.

Kasker dijo...

Gracias figura, todo un detalle por tu parte. Por cierto, me he enterado hoy de donde viene tu curioso apodo, ¿tiene algo q ver con una peli carcelaria de Tim Robbins y Morgan Freeman?.

Anónimo dijo...

Pues si Kasker. Siendo tu blog esencialmente o casi de cine. Lo suyo era llevar un apodo o Nick acorde al mismo.
Aunq Ziguatanejo en realidad deberia ser ZIHUATANEJO. Que es realmente el nombre correcto del pueblo mejicano, que se menciona en esa pelí donde los protagonistas...
Pero bueno. Es una lastima que no lo hallas descubierto tu, después de todo eres el rey lagarto cinematograficamente hablando. Otra cosas son tus gustos, claaaro. Je, je, je...
Me voy a comer... luego me pasare x su blog otro rato.