jueves, 4 de septiembre de 2008

LOS REMAKES EN "ACCIÓN"


A finales de julio mandé a la revista "Acción" el análisis que hice sobre las dos versiones de "Funny games" (la original austriaca y la americana) y este mes de septiembre he tenido la feliz noticia de que Miguel Juan Payán en la sección Correo del lector ha comentado larga y tendidamente mi carta. Ha sido sin duda toda una sorpresa.

La extensa reseña aparece en las paginas 84 y 85 de la revista:

LOS REMAKES Y FUNNY GAMES

Jorge Casquero Faure (Internet). Hombre, me alegra que entres en el tema de Funny Games y su remake, porque el de los remakes es un asunto que me parece especialmente interesante y que he tratado incluso en algunas de mis clases de cine. El tema me ha vuelto además a la memoria después de ver la nueva versión de El tren de las 3:10, que no es un remake sino algo distinto, una nueva adaptación totalmente distinta de una obra concebida para otro medio, en este caso la literatura (el relato corto de Elmore Leonard). No ocurre lo mismo con Funny Games, que es una remake de la película del mismo título dirigida por el mismo director del original. Se da además la casualidad de que esta misma mañana, antes de escribir esta sección, he visto otro remake, Bangkok Dangerous, dirigido por los realizadores del original, los hermanos Pang, y cuyo resultado es un fallido híbrido que sale perjudicado del intento por acoplar el original a las claves del cine de acción que se hace en Hollywood. En tu comentario, cuyas conclusiones en general comparto señalas entre otras cosas que Funny Games US (2007) no se trata de una reinterpretación del original sino que se trata de un calco exacto, una copia plano por plano del filme precedente, Funny Games (1997), en el que se ha desplazado la acción a un idílico entorno americano (Long Island) y se han sustituido los actores por otros más comerciales. Michael Haneke volvió a dirigir el filme con el fin de que pudiera llegar a un público más amplio, debió de pensar: ¡Antes de que se carguen mi película, me la cargo yo!". El autor ha entendido que rehacer su obra sería como reconocer que ésta era mejorable o imperfecta y ha optado por rodarla por segunda vez siguiendo el mismo esquema, con más tiempo y con más dinero. El innecesario esfuerzo de Haneke le habrá reportado al menos un interesante pellizco económico que le compense el brillo que ha perdido aceptando algo que sus seguidores consideran un gesto indigno en él. Apuntas que este remake era totalmente innecesario, y yo creo que llevas razón. El problema es que, para ser sinceros, las revisiones siempre llegan a la pantalla acompañadas por intereses oportunistas ajenos a la creación cinematográfica como arte o medio de comunicar ideas, pero muy próximos a inquietudes de tipo claramente comercial. Vamos, que se hacen por cuestiones económicas. Como digo, hablamos de remakes como éste o como el que tú citas, aquello que hizo otro director muy respetable, pero en esa ocasión tremendamente equivocado, Gus Van Sant, con Psicosis de Hitchcock, cuyo caso a salido nuevamente a flote con el estreno de este largometraje de Haneke. Lo mismo ocurrió por ejemplo con la nueva (y conste que el adjetivo le viene grande) versión de La profecía. Como dije al principio, esto de calcar la película anterior es cosa distinta de tomar una obra original para otro medio y volver a visitarla en una versión y con una visión distinta. El caso es que en el remake han caído incluso los grandes, como John Ford, que rodó Tres padrinos, o Howard Hawks, que volvió a rodar el argumento de Río Bravo o El Dorado. La primera versión de Tres padrinos se filmó en 1916 y era muda. La segunda llegó a las pantallas en 1936, y era en blanco y negro. Ford, que no había rodado las dos anteriores, quiso aportar en su propia visión en color de esta peripecia clásica del western sobre tres forajidos que cuidan a un bebé en pleno desierto del salvaje Oeste filmada en 1948, y consiguió que fuera la más conocida, la más apreciada por la crítica y por los cinéfilos. Hizo una tercera versión del relato que superó a las anteriores. El caso de Río Bravo y El Dorado de Hawks es más claro: evidentemente, el dinero fue una de las claves para que el director retomara uno de sus westerns más taquilleros con vistas a buscar otro éxito en una etapa de ocaso de su carrera, pero ello le permitió además hacer una actualización en la que llama la atención ver como habían cambiado tanto el cine del Oeste como los gustos del público en los años transcurridos entre la primera versión, de 1959 y la segunda, filmada en 1966. Ni siquiera habían pasado diez años, y el paisaje ya no era el mismo, evidencia de que los cambios en el cine se habían acelerado de los años cincuenta en adelante. De paso, en El Dorado hay elementos que no estaban en Río Bravo, como ese protagonismo dual entre dos gigantes veteranos del cine, John Wayne y Robert Mitchum, que en la versión anterior estaba servido por el mismo Wayne versus Dean Martin. Nada que ver. Así que paradójicamente, la primera película es mejor que la segunda, pero para mí personalmente el dúo protagonista de la segunda supera al dúo protagonista de la primero. Luego hay un ejemplo de remake que es, a mi entender, tan interesante y magistral como el original, la versión de Nosferatu que dirigió en 1979 Werner Herzog, y que sí es una visión artística propia y diferente del Nosferatu dirigido por Murnau en 1922. Y hay incluso remakes disfrazados, como Caboblanco, protagonizada por Charles Bronson en 1980, que era una variante ciertamente pobre del clásico Casablanca. Pero en general el remake, artisticamente, no es necesario. De hecho, yo prefiero que me cuenten historias nuevas, o que muestren cosas nuevas en una historia antigua antes de que me repitan lo mismo una y otra vez. Yo creo como tú que en ésta de Funny Games el remake no era necesario, pero a la protagonista y productora, Naomi Watts, le apetecía y se hizo. Algo que comparto contigo es que aún siendo forofo de Watts, me quedo con la actriz de la versión anterior, y lo mismo me ocurre con el resto del reparto. En todo caso, y por si te interesa profundizar en el asunto de los remakes, te recomiendo un libro muy interesante sobre el tema: Play it again, Sam. Retakes on remakes, coordinado por Andrew Horton y Stuart Y. McDougal, editado por la Universidad de California en 1998. En él se habla por ejemplo de la fórmula aplicada por Hitchcock para hacer remakes y reciclar material de sus propias películas. Muy curioso.
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Para quien quiera saber más sobre Miguel Juan Payán aquí tiene una breve biografía en palabras propias:

Nací en Madrid en 1962, soy licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Colaboré con el Festival Internacional de Cine de Madrid (IMAGFIC) en sus ediciones de 1985 y 1986, y escribo sobre temas cinematográficos desde hace más de veinte años. He colaborado con numerosas publicaciones especializadas en cine y escribo desde hace 16 años para la revista Acción. También soy profesor de Historia del Cine y Géneros Cinematográficos en la Escuela Superior de Artes y Espectáculos TAI de Madrid y coordinador y moderador de las Jornadas Cine, Café y Tertulias para Mayores organizadas por Obra Social Cajamadrid.

Yo añadiré que ha escrito biografías sobre Cary Grant, David Lynch, Oliver Stone, Francis Ford Coppola, Marlon Brando o James Dean, y es un entendido en generos como la ciencia ficción, el terror, el western, el cine histórico, fantástico, etc. Un libro muy recomendable suyo es "Las mejores escenas de la historia del cine" que ya va por su segunda edicción y que esta editado por Cacitel, S.L.

El Sr. Payán además tiene un blog muy interesante:

2 comentarios:

Miguel Juan Payán dijo...

Antes de nada, te agradezco la cita de la revista Acción y de mi blog.
Se hace lo que se puede, y en todo caso, después de ver tu blog, ya tengo claro que entiendes que para hablar sobre cine y tele y comic y todo lo demás, hay que tenerle afecto al asunto.
Hacer esto como trabajo y ya está no funciona bien. Te tiene que gustar, lo tienes que llevar en el pellejo... Hablando más claro, sí, lo reconozco de una vez por todas: tienes que ser un poco friki, con todo lo que comporta de no diría yo que amor, pero sí intenso afecto por estas cosas.
Por eso me gusta tu blog. Porque se ve el cariño por el asunto desde el nombre que le has puesto.
Este tipo de páginas son las que me hacen pensar que quizá la tecnología sirva para algo después de todo.
Quizá no nos paramos demasiado a pensarlo, pero entre todos, y de manera más o menos desinteresada, le estamos cambiando la cara a la manera de vivir. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
Y ya son muchos granos. Cuantos más, mejor.
Más información, más opiniones, más datos y más pistas para contrastar.
Así que sólo puedo decirte que cuando muy raramente me da por pensar, como supongo que les ocurre a tantos otros bloggeros "para qué", me vale con entrar en alguna página como la tuya para encontrar la respuesta.

Un solitario con pipa y copa de coñac dijo...

La leche! El mismísimo Payán te ha escrito en el blog! Todo un triunfo, macho! Me encanta su sección Hollywood que tiene en la revista Acción... Y las críticas o especiales que hace en dicha revista son como joyas que guardo en plan clases magistrales... Este tío es un crack, como el autor de este blog frikero!!! Jajaja!

Veo que has vuelto con fuerzas y ganas! Un abrazo!