miércoles, 8 de julio de 2009

PAUL SCHRADER, EL CINEASTA OLVIDADO DEL "NUEVO HOLLYWOOD"

Coincidiendo con el limitado reestreno de la que probablemente sea su obra más redonda y también una de las más injustamente olvidadas, "Mishima" (1985), es un buen momento para recordar la obra de Paul Schrader, prestigioso guionista del "Nuevo Hollywood" cuya interesante obra como cineasta quedó siempre a la sombra de la otros coetáneos suyos como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Brian de Palma, Steven Spielberg o George Lucas.

No era sencillo el predecir que el hijo de un calvinista al que hasta los 18 años no se le había permitido ver ni un sólo film terminara por convertirse en crítico de cine. Esta represión vivida definió una personalidad excesiva tendente a la autodestrucción, muchos de sus personajes están basados en pasajes de una vida vivida al límite, la suya.

Junto a su hermano mayor, Leonard, escribió su primer libreto que versaba sobre la mafia japonesa, "Yakuza" (1974) dirigida sorprendentemente con mano ferrea por Sydney Pollack, convirtiéndose en un título capital de los 70.

Su intermitente colaboración con Martin Scorsese, 4 films en 3 décadas, aunque aparentemente no tendrá continuidad por la diferencia de carácteres y criterios ha dado de sí dos absolutas obras maestras: "Taxi driver" (1976) y "Toro salvaje" (1980); uno de los films más controvertidos y repudiados que se recuerdan: "La última tentación de Cristo" (1988); y un film irregular que distó mucho de deslumbrar: "Al límite" (1999).

Schrader también se ha puesto en manos de otros cineastas: Brian de Palma ("Obsesión", 1976), John Flynn ("El expreso de Corea", 1977), Peter Weir ("La costa de los mosquitos", 1986) o Harold Becker ("City Hall", 1996); y ha desarrollado una larga, interesante e infravalorada carrera que comenzó en 1978 con "Blue collar" en la cual denunciaba la precariedad laboral en el sector del automóvil con la desenfadada ayuda de un peculiar trío interpretativo, Richard Pryor, Harvey Keitel y Yaphet Kotto.

En "Hardcore, un mundo oculto" (1979), el ultraconservador personaje interpretado por George C. Scott luchaba por rescatar a su hija de las garras del cine porno, mientras que en "American gigolo" (1980) se nos mostraba la vida cotidiana de un prostituto de alto standing encarnado por Richard Gere. "El beso de la pantera" (1982) fue un remake nada desdeñable de "La mujer pantera" de Jacques Tourneur con una bellísima Nastassja Kinski como principal aliciente.

"Mishima: Una vida en 4 capítulos" (1985) es su obra más personal y ambiciosa centrada en la tortuosa figura del dramaturgo japonés Yukio Mishima que en 1970 se suicidó siguiendo el rito del "seppuku" (más conocido como hara-kiri). Rodada íntegramente en Tokio y con producción de Lucas y Coppola, el film fue un sonoro fracaso allí donde se estrenó. Ahora tenemos la oportunidad de recuperarla por tiempo limitado en muy pocas salas.

A ese descalabro le siguió una etapa muy desafortunada, un film musical maldito "Rock star" (1987) a mayor gloria de Michael J. Fox; "Patty Hearst" (1988) presentaba mayor interés, la desaparecida Natasha Richardson encarnaba a Patricia Hearst la joven de familia acomodada que en 1974 fue secuestrada por Ejército Simbionés de Liberación y que después de ser torturada y violada acabó uniéndose a ellos, aunque el resultado también dejó mucho que desear. "El placer de los extraños" (1990) era un film de encargo basado en una novela de Ian McEwan de cuyo guión se hizo cargo el Premio Nobel Harold Pinter. El drama que protagonizaron Christopher Walken, Natasha Richardson, Rupert Everett y Helen Mirren no pasó de la formal correción.

"Posibilidad de escape" (1992) está basado en las propias experiencia del cineasta con las drogas. El camello desenganchado que encarna brillantemente Willem Dafoe se une a los otros dos desencantados protagonistas de la llamada "Trilogía urbana" ("Taxi driver" y "American gigolo" fueron los otros dos). "Touch" (1997) sin embargo fue una comedia sobre un iluminado que carecía del más mínimo interés.

Schrader volvió a ofrecer una de cal y otra de arena: "Aflicción" (1997) era un drama familiar sin concesiones, frío como una navaja de afeitar, en el cual el rencor y los traumas del pasado tenían un espacio insalvable en la relación entre un hijo y su alcohólico padre. Un duelo inolvidable entre Nick Nolte y James Coburn quedaba para la posteridad. "Forever mine" (1999) sin embargo es un melodrama trágico e insufrible lleno de tópicos con un equivocado cast encabezado por Joseph Fiennes y Ray Liotta.

"Desenfocado" (2002), pese a contar con un guión ajeno, no parecía un film tan impersonal como el siguiente que Schrader dirigiría. Era un biopic sobre Bob Crane, cómico norteamericano famoso por la serie "Los héroes de Hogan", que tuvo una vida y una muerte muy alejada de la convencionalidad. Con el siguiente trabajo la polémica estaba servida, en "El exorcista: El comienzo" (2005) Schrader había optado por el terror psicológico alejado del terror de casquería tan de moda, los productores descontentos con el resultado contrataron al finlandés Renny Harlin para que hiciera con los mismos actores su propia versión. Finalmente (como todo el mundo sabe) el film de Harlin llegó a las pantallas mientras que el de Schrader tuvo que conformarse con estrenarse de tapadillo directamente en DVD. Los que han visto ambos reconocen la superioridad de la "versión prohibida" de Schrader.

Ahora cuenta con dos films pendientes de estreno y que a este paso también conoceremos gracias al DVD: "The walker" (2007), en el que Woody Harrelson encarna a un acompañante de mujeres de la alta sociedad, y "Adam resurrected" (2008), un film sobre supervivientes del Holocausto en el que vuelve a contar por quinta vez con la presencia de su actor fetiche: Willem Dafoe.

Un director siempre maltratado que merece una revisión coincidiendo, como ya he dicho, con el reestreno en la gran pantalla de "Mishima".

2 comentarios:

leolo dijo...

Un director a reivindicar con una filmografía algo irregular pero siempre personal e interesante. Alguien que junto a Coppolas, Scorseses y demás tuvo la mala suerte de pasar algo desapercibido y hoy en día es un cineasta "olvidado".
Desde esta ventana donde los frikis vienen a llorar rompemos una lanza por el señor Schrader.

SALUDOS y buena suerte

Kasker dijo...

En un libro tan interesante como es "Los fabulosos años del New Hollywood", de ,Ángel Comas (T&B, 2009) se nombra al pobre Schrader sólo de pasada. Creo q era de justicia reivindicarle.

Un saludo.