
El 17 de mayo escribí sobre Corman y títule mi artículo como "Roger Corman: El rey de la serie B", si el Sr. Corman llega a ver este títular no habría seguido leyendo, odíaba que le denominaran así:
"Con el tiempo, mi trabajo en producciones comerciales de bajo coste me valió cierta notoriedad como Rey de la Serie B, lo que no deja de ser paradójico, porque -según mi criterio- no hice jamás una cinta de serie "B". La serie "B" data de la Depresión, y sólo fue un suceso hasta principios de los años cincuenta. En los treinta, cuando los niveles de audiencia empezaron a bajar, los estudios estimulaban al público a ir al cine con el incentivo de los programas dobles, donde podían verse dos películas por el precio de una. En las cintas "A" actuaban estrellas como Clark Gable; las "B" se producían deprisa y sin apenas gastos con artistas recién contratados que buscaban el ascenso a las "A", o bien con estrellas maduras y ya en declive.
Ese término nunca fue usado en relación con mis obras dentro de la industria cinematográfica, donde conocían su significado exacto. No obstante, se popularizó a través de los medios de comunicación. Recuerdo haber visto, en 1975, un artículo dedicado a mí en el "New York Times Magazine". El autor se perdía en disquisiciones acerca de los filmes de serie B que había realizado. No acabé de leerlo. Si hay algo peor que ser etiquetado, es que te etiqueten equivocadamente".
¡Hay queda eso!.
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