Antonio Banderas es nuestro segundo actor español más internacional y el primero que se abrió paso en el mercado USA, nunca ha sido valorado como actor porque ha dado sobradas muestras de que su registro interpretativo es bastante limitado. Mucho más accesible, cercano y humilde que Bardem ha tenido la oportunidad de vivir dos etapas claramente diferenciables en su carrera: la etapa española en la que contó con el favor crítico y la etapa americana en la que se consagró como actor de fama internacional, en la que los trabajos personales brillaron por su ausencia.
Antes del salto americano Banderas había sido el actor fetiche de Almodóvar, además de trabajar para Carlos Saura, Montxo Armendáriz, Vicente Aranda, Fernando Colomo o Gerardo Vera. Sin ni siquiera saber hablar inglés aceptó trabajar en "Los Reyes del mambo" (1992) y desde entonces ha trabajado con cineastas como Jonathan Demme, Neil Jordan, Richard Donner, Robert Rodríguez, Alan Parker o Brian de Palma. Algún comentario malicioso ha afirmado que su mejor interpretación fue la del Gato con botas en la trilogía de "Shrek" y que su estilo como director no es más que una mala asimilación de todo lo que vivió junto a Pedro Almodóvar.
Ahora Banderas callará algunas bocas al participar - aunque en un breve pero fundamental papel - en el nuevo film de Woody Allen, "You will meet a tall dark stranger", en el que también están Anthony Hopkins, Naomi Watts, Josh Brolin o Freida Pinto, la bella revelación de "Slumdog millionaire"; y en "Knockout", thriller de acción que rodará proximamente Steven Soderbergh en Barcelona, y que cuenta también con la participación de Michael Douglas, Ewan McGregor, Channing Tatum y Dennis Quaid. En cualquier caso, un excelente momento profesional que permitirá que nos olvidemos de despropósitos como "Mi novio es ladrón", "Déjate llevar" o "The code".
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