Con sólo dos films en su haber Lee Daniels se ha convertido en la gran esperanza "negra" del cine afroamericano, porque apear de manera tan inesperada al mismísmo Clint Eastwood de la carrera a los Oscar es un logro muy significativo. Ahora que Spike Lee parece haber perdido esa ira reinvindicativa en favor de proyectos más comerciales - la secuela de su mayor éxito "Plan oculto" - que poco tienen que decir de su raza ni de sus orígenes; ahora que hemos perdido por completo la fé en John Singleton - el primer y hasta ahora único afroamericano nominado al mejor director - perdido en indignos proyectos - "A todo gas 2" o "Cuatro hermanos", por citar sólo 2 ejemplos - ; después de que Reginald Hudlin ("House Party"), Bill Duke ("Hampones"), F. Gary Gray ("Friday") o Mario Van Peebles ("New Jack City") dejaran un fugaz espejismo de un cine social combativo y comprometido con la raza negra del que después se apartaron para amoldarse a los designios de la industria del cine USA; y puesto que a Antoine Fuqua nunca se le pudo enmarcar dentro de este grupo puesto que se desmarcó desde el comienzo de su carrera por un cine basicamente de acción ("Training day")... este podría ser el momento de Lee Daniels.
Sus primeros pasos los dió como productor , a él se debe "Monster's ball" (2001), el "telefilme" de lujo que hizo posible que Halle Berry obtuviera un Oscar y cuyo inconsistente guión se permitía entre otras lindezas el desaprovechar sobremanera a dos actores hoy desaparecidos, Peter Boyle y Heath Ledger. Este filme servía además de presentación de un director que ha demostrado tener tanto oficio como una visión poco personal, Marc Forster. Su siguiente producción, "El leñador" (2004), mostraba el regreso de un pedófilo - encarnado magistralmente por Kevin Bacon - a casa después de cumplir 12 años de condena y el rechazo y el odio que sufría por parte de sus familiares y conciudadanos. "Tennessee" (2008), finalmente, contaba con un viaje al pasado por parte de dos hermanos con la compañia de una mujer de tormentosa vida - la imposible Mariah Carey -.
Su primer film, "Shadowboxer" (2005), no permanece inédito en nuestro país como me he cansado de leer recientemente. Su estreno fue visto y no visto, y es compresible que muchos no lo recuerden. No es nada del otro mundo, el único motivo para recuperarlo es encontrar las claves que Daniels ha apuntalado en su siguiente film, "Precious" (2009). "Shadowboxer" es un film que desde su mismo cartel muestra un mimado esteticismo malogrado por un guión previsible y en algunos puntos inconsistente, que al menos tuvo la virtud de borrarle, durante un rato, la cara de tonto a Cuba Gooding, Jr. , y la osadía de otorgarle el rol de cruel villano al hoy semi olvidado Stephen Dorff, ofreciéndo de paso una escena - de la que solamente se habló y de la que podía haber prescindido Daniels - con un condón como objeto.
El increible éxito de "Precious" (2009) se debe a la depuración de algunos aspectos ya planteados en "Shadowboxer", ese gusto por retratar ambientes marginales y sórdidos, el contar con una relación incestuosa... o casi - siempre pensé que la increible historia entre Gooding Jr. y Helen Mirren era la causante de que el film naufragara - , el apuntar que la superación personal se consigue mediante el esfuerzo y el estudio, para así dejar atrás cualquier situación complicada o poco recomendable - la marginalidad en "Precious", el crimen organizado en "Shadowboxer" - , y la presencia de Mo 'Nique que curiosamente interpreta a un personaje que responde al nombre de... Precious, pero que poco o nada tiene que ver con el que años después interpretara la desconocida Gabourey Sidibe.
Lo dicho, Lee Daniels tiene ahora en su mano la oportunidad que otros muchos malgastaron.
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