sábado, 13 de febrero de 2010

LA OTRA CARA DEL ÉXITO (XVIII)


JUDITH BARSI
Judith Eva Barsi
San Fernando Valley, Los Angeles, California (USA), el 6 de junio de 1978
Canoga Park, California (USA), 25 de julio de 1988

Hija única de un matrimonio de emigrantes húngaros, fue descubierta en una pista de patinaje por un cazatalentos que buscaba un perfíl muy concreto de niña de 3 años, para su sorpresa Judith tenía entonces 5. Empezó a convertirse en una cara familiar por su continua aparición en anuncios de televisión (Lays, Hallmarks, McDonalds, Donald Duck Juice, etc), telefilms y series tan populares como “Remington Steele”, “Cheers”, “Cagney & Lacey”, “Punky Brewster”, “Vacaciones en el mar”, “Hospital” o “Los problemas crecen”.
Con 8 años debutaba en la gran pantalla interpretando a la hija pequeña de Gary Busey en un film de acción titulado “El ojo del tigre” (1986), a este trabajo le seguiría “Slam dance” (1987), a las órdenes del chino Wayne Wang, director que años después se haría muy popular por films como “Smoke”, “La caja China” o “Mil años de oración”. Su último film fue “Tiburón: La venganza” (1987) en la que compartió planos con el mismísimo Michael Caine. Su aniñada voz también fue requerida para doblar films de animación como “En busca del valle encantado” (1988) o “Todos los perros van al cielo” (1989). Este éxito profesional convirtió a la jovencísima Judith en la fuente de ingresos principal de su familia y a su padre, que arrastraba problemas de alcoholismo, esto le provocó unos cegadores celos que terminarían del peor de los modos, mató de un tiro en la cabeza a la pequeña que acababa de cumplir 10 años y a su mujer. Después de convivir un par de días con ambos cadáveres, los prendió fuego y a continuación se suicidó. Curiosamente en el primer telefilm en el que apareció Judith, “Fatal vision” (1984) que protagonizaba el veterano Karl Malden, encarnaba a una niña que era asesinada por su padre. La realidad siempre supera a la ficción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Tremenda historia, me ha puesto los pelos de punta.