En relación a la "supuesta" retirada de Alec Baldwin y con el pretexto del estreno en España de la despiadada y feroz obra de David Mamet, "Glengarry Glen Ross", voy a hablar del, por muchos, señalado como su mejor trabajo. "Glengarry Glen Ross" se estrenó en Londres en 1983, ganando el Pulitzer un año después. En Estados Unidos debutaría en 1984 en Chicago para poco después trasladarse a Broadway con un éxito arrollador que coincidía en cartel con otro gran triunfo de Mamet, "American buffalo".
La versión fílmica de "Glengarry Glen Ross" (1992) fue un éxito más crítico que comercial que respetó la estructura teatral de la obra sin tomarse excesivas libertades a la hora de hacerla más cinematográfica o para asegurar su comercialidad. Su director James Foley - cuya última incursión en la dirección fue con la prescindible "Seduciendo a un extraño" (2007) - consiguió reunir un casting irrepetible formado por actores pertenecientes a varias generaciones: Al Pacino, Jack Lemmon, Ed Harris, Alan Arkin, Jonathan Pryce, Kevin Spacey y el ya mencionado Alec Baldwin, en una única aunque impagable escena de apenas 7 minutos. La jazzística banda sonora se encomendó al prolífico e irregular James Newton Howard.
"Glengarry Glen Ross" está más de actualidad que nunca ahora por el montaje que desde el día 2 de diciembre y hasta el 17 de enero de 2010 se representa en el Teatro Español con un reparto francamente interesante: Carlos Hipólito, Ginés García Millán, Alberto Jimenez, Andrés Herrara, Gonzalo de Castro, Jorge Bosch y Alberto Iglesias. Sí han conseguido trasladar todo el espíritu de su obra será uno de los éxitos de la temporada.
Y ahora pasemos a la más impactante escena de la película que tiene como he dicho antes a Baldwin como protagonista, su siniestro personaje llega a la empresa inmobiliaria donde transcurre gran parte del film para motivar a sus empleados de un modo que me consta han tomado buena nota en muchas empresas, aunque debería haber sido un ejemplo de todo lo contrario, de hasta donde nunca se debería llegar. En España el film se estrenó con un subtítulo: "Éxito a cualquier precio".
Always Be Closing (Siempre Estar Vendiendo).
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