sábado, 17 de abril de 2010

UN LIBRO FUNDAMENTAL PARA CONOCER MEJOR A HERZOG

La vida y la obra del cineasta alemán Werner Herzog bastarían por sí solos para rellenar todo un blog, y es que en activo quedan pocas personalidades que provoquen sentimientos tan encontrados, por una parte los que le consideran un indiscutible genio de la segunda mitad del siglo XX y los que no ven más que un loco obsesionado por plasmar trastornos psíquicos, por llamar la atención hasta el punto de llegar a cocinar y comer sus propios zapatos - en el documental de Les Blank de 1980 - como sí de un homenaje a Chaplin se tratara, o a lanzarse desnudo desde un tobogán a un campo de cactus como prueba explicita de su implicación en el rodaje de "Incluso los enanos empezaron pequeños" (1970) después de varios desafortunados accidentes.

Su relación amor-odio con el actor Klaus Kinski con el que trabajó en 5 ocasiones - "Aguirre, la cólera de Dios" (1972), "Nosferatu, vampiro de la noche" (1979), "Woyzeck" (1979), "Fitzcarraldo" (1982) y "Cobra verde" (1987) - no hizo más que acrecentar la leyenda. Kinski calificaba del siguiente modo a su "enemigo íntimo": miserable, rencoroso, apestoso, codicioso, maligno, chantajista, cobarde y farsante cuyo supuesto talento consiste en torturar criaturas indefensas. Conociendo un poco de la biografía de Kinski, los calificativos de su propia hija Nastassja y las pesadillas que aún sufre Fernando Colomo desde que le dirigió - por denominarlo de algún modo - en "El caballero del Dragón" (1985), pongo la mano en el fuego de que Kinski tuvo gran parte de la culpa de la tan conflictiva como creativa relacción con el cineasta estandarte del denominado "Nuevo cine alemán".

Pero sí hubo un rodaje complejo y enloquecedor ese fue el de "Fitzcarraldo" - se trata del "Appocalypse now" de Herzog para que me entiendan - la megalómana y poética epopeya que tiene lugar en medio de la selva peruana en la cual un hombre cegado por su ambición y por su pasión por la Ópera decide arrastrar un barco en plena montaña para llevarlo hasta el mar.
Durante casi dos años, lo que duró su preparación y rodaje, Herzog elaboró un sincero diario en el que el personaje de su obra maestra y él mismo se convierten en uno, relatando el tortuoso y accidentado camino hacía la inalcanzable quimera. Este libro 30 años después ve la luz - en lengua hispana se entiende - publicado por la editorial Backie Libros y bajo el llamtivo título de "Conquista de lo inútil". Con el día del libro tan cerca se me antoja como un regalo ideal para entender un poco mejor la contradictoria personalidad de Herzog y sus estímulos a la hora de afrontar un film que como "Fitzcarraldo" es "bigger than life".

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