domingo, 6 de abril de 2008

MARK KNOPFLER EN MADRID


Lugar: Palacio de deportes de la Comunidad de Madrid.
Audiencia: 14.000 personas (entradas agotadas).
Músicos: Mark Knopfler (Voz y guitarra), Richard Bennett (Guitarra), Glenn Worf (Contrabajo), Guy Fletcher (Teclados y guitarra), Matt Rollings (Teclados), John McCusker (Violín) y Danny Cummings (Batería).
Calificación: ***.

Hasta seis pisos tuve que subir del nuevo Palacio de deportes para encontrar mi localidad, después de luchar por encontrar los ascensores. El escenario ya estaba preparado con una guitarra en el medio del mismo iluminada bajo un haz de luz (era la célebre fender stratocaster roja y blanca del que fuera lider de los "Dire Straits"), casi todo el mundo posicionado en sus respectivos sitios preparados para la cita. Pasados 10 minutos de las 10 de la noche hizo presencia el ilustre y veterano escocés (¡58 años ya!) al que la revista Rolling Stone recientemente nombró como el 27º mejor guitarrista de todos los tiempos.
Mark Knopfler y una sencilla banda de 5 músicos ocuparon su lugar en uno de los escenarios más minimalista que recuerdo. El sonido era insuficiente para el tamaño del recinto, he leido que en Barcelona hubo pitadas por este mismo motivo y eso que el Palau San Jordi estaba a medio aforo. "Cannibals" de su primer disco como solista dió el pistoletazo de salida (y es una lástima enterarse que en otros países "Walk of life" había tenido el mismo honor), después llegó "Why aye man" (para mí su peor single del disco que además menos me gusta, "The ragpicker's dream"), mucho más disfrutadas si que fueron "What it is" y "Sailing to Philadelphia" (ambas del que probablemente sea su mejor trabajo "Sailing to Philadelphia"). La gira es con motivo de su quinto álbum (sexto si contamos el que hizo a dúo con Emmylou Harris) "Kill to get crimson", un álbum en verdad excelente del que sin embargo tan solo tocó dos temas: la evocadora "True love will never fade" y "The fish and the bird", en el tintero se quedaron temas que a muchos nos hubiese gustado disfrutar en vivo.
Tras subir el ritmo del concierto interpretando dos clásicos de los Dire Straits: "Romeo and Juliet" y "Sultans of swing" (con un solo mucho menos lucido que en el álbum), Knopfler y su banda se metieron de lleno en el folk y el bluegrass en la parte más desafortunada de la actuación con temas como "Hill farmer's blues", "Marbletown" y la que dejó a muchos totalmente descolocados "Daddy's gone to Knoxville" (las tres del mencionado "Ragpicker's dream).
El sopor afortunadamente se terminó con los primeros acordes de "Postcards from Paraguay" (tema de clara influencia brasileña que se incluye en "Shangri-la"), siguió con una impresionante interpretación de "Speedway at Nazareth" (uno de los momentos más álgidos de toda la noche) y con el éxtasis provocado por una versión de 15 minutos de "Telegraph road", tercer tema recuperado de los Straits, pero no fue el último.
Tras la tradicional despedida y salida del escenario llegó el turno de los bises, fueron además cuatro: "Brothers in arms" y "So far away", que dejaron satisfechos a todos aquellos que solo fueron por los logros pasados de Knopfler, "Shangri-la" y "Going home", tema por muchos esperado de la banda sonora de "Local hero" y que por sí solo ya merecía pagar los 44 euros de la entrada.
Un concierto intenso y emotivo, a pesar de sus altibajos, pero totalmente equivocado en su ubicación. Un concierto de este tipo es para disfrutarlo en un anfiteatro, aunque para ello tengas que partirte la cara por las entradas. Fue de hecho el de Madrid el concierto de mayor aforo de toda la gira europea. Al final será verdad lo que dijo Sting de que en la capital no tenemos locales adecuados para actuar.

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